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En una entrevista exclusiva con el canal de televisión británico en el palacio presidencial de Minsk, Lukashenko rechazó haber "invitado", como se le acusa, a miles de migrantes a cruzar de manera irregular a la Unión Europea (UE), lo que ha derivado en la actual crisis entre Varsovia y Minsk.
No obstante, reconoció que sus tropas podrían haber ayudado a esos refugiados: "Creo que es absolutamente posible. Somos eslavos. Tenemos corazones. Nuestras tropas saben que los migrantes van hacia Alemania", dijo.
"Quizás alguien les ayudó. No voy siquiera a investigarlo", señaló.
Lukashenko también admitió que había indicado que no iba a detener a los migrantes en la frontera con Polonia, y que tampoco los iba a retener "y si siguen llega a partir de ahora, seguiré sin detenerlos, porque no están viniendo a mi país, se dirigen al vuestro (a Polonia)".
Estas palabras llegan en un momento en que la Unión Europea (UE) acusa a Bielorrusia del espectacular aumento de la inmigración irregular en la fronteras de países como Polonia, al propiciar su llegada el líder bielorruso en venganza por el apoyo a la oposición bielorrusia en el exilio.