En un comunicado conjunto, AI y HRW acusaron a las fuerzas de seguridad de la vecina región de Amhara, leales al Ejecutivo etíope, de cometer esos abusos en la parte occidental de Tigré, un territorio administrativo en disputa entre ambas regiones.
En noviembre pasado y lo que va de diciembre, las dos ONG entrevistaron a 31 personas, incluidos 25 testigos y supervivientes, así como familiares de detenidos y expulsados, sobre los abusos de las milicias de Amhara y las fuerzas de seguridad regionales contra civiles de Tigré en las ciudades de Adebai, Humera y Rawyan.
Desde principios de noviembre, la Policía y milicias de Amhara han arrestado sistemáticamente a tigrianos (hombres, mujeres y adolescentes) en esas tres ciudades, según las averiguaciones de AI y HRW.
Las imágenes de satélite capturadas entre el 19 de noviembre y el 5 de diciembre muestran una actividad significativa en Adebai, incluidos vehículos en movimiento y grupos de personas alrededor de un lugar de detención improvisado.
Seis testigos aseguraron que las fuerzas de Amhara dispararon contra los tigrianos que buscaban huir de las redadas en Adebai y los atacaron con hachas y machetes, con el resultado de un número indeterminado de muertos.
Tres exdetenidos en la prisión de Humera, recluidos algunos hasta cinco meses antes de escapar en noviembre, afirmaron que las autoridades de Amhara los mantuvieron en celdas superpobladas.
Los guardias les negaron alimentos y tratamiento médico y torturaron y golpearon a los arrestados, atados de manos y pies.
"La nueva oleada de abusos de las fuerzas de Amhara contra los civiles tigrianos que permanecen en varias ciudades de Tigré occidental debería hacer sonar las alarmas" internacionales, subrayó la directora de Respuesta a Crisis de AI, Joanne Mariner,
Por su parte, la directora de HRW para el Cuerno de África, Laetitia Bader, señaló que "la parálisis global del conflicto armado de Etiopía ha envalentonado a los abusadores de los derechos humanos a actuar con impunidad y ha dejado a las comunidades en riesgo".
Esta guerra estalló el 4 de noviembre de 2020, cuando el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva contra el Frente Popular de Liberación de Tigré (FPLT), partido gobernante hasta entonces en la región, en represalia por un ataque a una base militar federal y después de una escalada de tensiones políticas.
Según la ONU, miles de personas han muerto y unos dos millones han tenido que abandonar sus hogares en Tigré debido a la violencia.
Asimismo, unos 9,4 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en el norte de Etiopía debido a la guerra, de acuerdo al Programa Mundial de Alimentos (PMA).