Los festejos del Año Nuevo cingalés no frenan las protestas en Sri Lanka

Colombo, 14 abr (EFE).- Las protestas en Sri Lanka contra el presidente Gotabaya Rajapaksa por la crisis económica continuaron este jueves, día de Año Nuevo en el calendario cingalés, mientras el anuncio del Gobierno del incumplimiento soberano de su deuda externa ha llevado a una rebaja en su valoración de riesgo por parte de las agencias de calificación crediticias.

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Los manifestantes volvieron a reunirse en masa por sexto día consecutivo frente al edificio de la Secretaría Presidencial en Colombo al grito de su ya habitual eslogan "Gota Go Home" (Gota vete a casa), donde aprovecharon para celebrar el cambio de año cingalés según marca la tradición: hirviendo leche en una olla.

Y es que las protestas contra Rajapaksa han servido de nexo para que los participantes en las protestas, independientemente de su religión, se unieran para conmemorar el Año Nuevo.

"Esta es la primera vez que celebramos el Año Nuevo como esrilanqueses porque hoy están aquí todas las etnias y religiones", explicó a Efe Saman, ingeniero de 27 años.

La gente llevó consigo voluntariamente alimentos tradicionales de Año Nuevo, como arroz con leche, tortas de aceite y dulces crujientes y ligeros, que se distribuyeron entre los manifestantes.

GRAVE CRISIS ECONÓMICA

Cientos de esrilanqueses comenzaron a salir a las calles a finales de marzo, en protesta por la grave crisis económica que atraviesa el país, con cortes de electricidad continuos, que llegaron a ser de hasta 13 horas, e interminables filas en las gasolineras para obtener combustible.

Sin embargo, las protestas se agravaron desde el fin de semana pasado, movidos los habitantes por la declaración del estado de emergencia, la imposición del toque de queda y la prohibición de usar las redes sociales adoptada por Rajapaksa, a lo que se sumó el empleo de gases lacrimógenos y cañones de agua por parte de la Policía para dispersar a los manifestantes.

Desde entonces, los manifestantes piden a diario la dimisión de Rajapaksa frente a la sede presidencial.

"Esta lucha terminará solo cuando el presidente Gotabaya Rajapaksa renuncie y la familia Rajapaksa devuelva el dinero robado al país", afirmó Saman.

Sin embargo, el presidente dijo en su discurso de Año Nuevo que Sri Lanka debería superar el desafío con "unidad y mejor comprensión".

“El Gobierno está tomando medidas para asegurar la vida normal de las personas de la compleja situación actual al comprender adecuadamente estos desafíos”, sostuvo.

IMPAGO DE LA DEUDA EXTERNA

Los analistas dicen que la crisis económica que atraviesa Sri Lanka empeorará mientras el país no gestione de forma sostenible su deuda, que según datos del Ministerio de Finanzas ascendía hasta finales de 2021 a unos 54.000 millones de dólares -el 102,8 % del producto interior bruto-, de los cuales 20.000 millones de dólares son de deuda externa.

Ante la imposibilidad de hacer frente a los acreedores, la nación insular anunció el pasado martes que suspenderá de manera temporal sus pagos de deuda externa.

Un incumplimiento que no ha dejado indiferente a las agencias calificadoras Fitch y S&P, que rebajaron la calificación crediticia soberana de Sri Lanka a una categoría cercana al incumplimiento.

"La rebaja (...) refleja la opinión de Fitch de que ha comenzado un proceso de incumplimiento soberano", explicó la agencia en su comunicado.

Agregó que esta deducción serviría para reflejar "la certeza virtual de un incumplimiento en algunas obligaciones afectadas".

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