El incendio de este local puso de manifiesto las deficiencias generalizadas en los protocolos y estándares de la seguridad de buena parte de los bares y discotecas en Rumanía.
La tragedia también reveló graves carencias en la sanidad pública rumana, que costaron la vida a algunos de los heridos, lo que provocó una ola de protestas masivas en las calles y que acabó derribando al entonces Gobierno socialdemócrata.
Entre los condenados de manera definitiva por el Tribunal de Apelación de Bucarest destaca el alcalde del Sector 5 de la capital rumana, Cristian Popescu Piedone, que ha recibido una pena de 4 años de cárcel por haber permitido que funcionara la discoteca pese a no cumplir los requisitos necesarios, informa el portal G4Media.
Piedone había sido condenado en primera instancia a 8 años y 6 meses de prisión.
Los demás condenados son el responsable de dar los permisos de funcionamiento del local, los tres dueños de la discoteca y los dos bomberos que dieron la aprobación necesaria para que el establecimiento recibiera esos permisos.
Los supervivientes del incendio y los familiares de los heridos se habían quejado repetidamente de los retrasos de la Justicia en dictar condenas definitivas en este caso.