Margarita y Jesús, toda una vida disfrutando de los toros en San Fermín

Pamplona (España), 5 jun (EFE).- La Monumental, la plaza de toros de la ciudad española de Pamplona, abrió sus puertas nueve años antes que Margarita Areopagita y Jesús Ilundáin, "El Tuli", quienes suman más de 120 años - los que cumple este año el coso taurino - acudiendo a las corridas de las famosas fiestas de San Fermín, que regresarán el próximo julio sin restricciones por la pandemia.

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Tras "el suplicio" de dos años sin fiestas por el coronavirus, y por lo tanto sin feria taurina, ambos tienen muchas ganas de regresar a una plaza en la que son conscientes de que no serán muchos de su edad, pero donde volverán a juntarse con sus amistades, aunque ya "no queda nadie de los de antes".

Margarita y Jesús comparten sus sensaciones en una entrevista con EFE en la Monumental, y dejan constancia de sus historias y vivencias.

Ella, tiene un primer recuerdo de la plaza como algo "grandísimo" y asegura que el ruedo era "interminable", y El Tuli apunta que antes de que la reformaran (entre los años 2002 y 2003) "era mayor". "Yo recuerdo cuando la andanada (las gradas) era de madera", añade.

50 AÑOS Y MUCHOS RECUERDOS

Ninguno de los dos tiene claro cuántos años llevan en la plaza: "Yo 50 años", dice Margarita, aunque después reconoce entre risas que quizás alguno más, pero "50 fichados". "Yo más, sesenta y pico seguro", afirma El Tuli, que tampoco se aventura a dar un año exacto.

A día de hoy siguen yendo y el único que tuvo que interrumpir su cita con la Monumental fue El Tuli porque el teniente en la mili le hizo "la faena". "Me tenía todo el año diciéndome que podría venir a San Fermín, y en el último momento me decía que no", cuenta.

Margarita explica que la primera vez que fue a la plaza lo hizo con sus amigas y después siempre con su marido. "Ahora con algunos de mis hijos", afirma, ya que "de los que venían a mi tendido no queda ninguno".

El Tuli coincide en que al principio iba "con la cuadrilla (los amigos)". "Éramos todos de Jarauta (pueblo de Pamplona). Parábamos en el bar Goal y ese era nuestro sitio de parada y fonda. Hacíamos pozales (calderos) de vino con hielo, nos cuidábamos bien", comenta entre risas, antes de señalar que "la merienda era siempre de casa".

Para ambos, el momento de la merienda - muy popular entre los asistentes a la plaza pamplonesa - es "punto y aparte".

A El Tuli no le llega la sombra hasta el último toro, pero reconoce que, a pesar del calor, "estás a gusto" y a Margarita la sombra le llega algo antes, pero explica cómo lo sobrelleva: "Yo siempre me he traído mi botella helada de vino con gaseosa y se me va deshelando, es maravillosa, es un sorbete buenísimo".

Preguntados por lo mejor de la corrida, ella señala: "De lo que pasa en el ruedo, las banderillas me vuelven loca y, si las pone el maestro, ya ni te cuento".

Sobre la evolución de la Feria, coinciden en que las corridas "son iguales". "El problema es que muchas veces hay toros y no hay toreros. Hay muy buenos toros y no hay toreros. Yo siempre tengo el peor recuerdo de las corridas de los Miura, para mí son la peor corrida", lamenta ella, con lo que coincide también El Tuli.

Ambos esperan con ganas la vuelta de la Feria del Toro con la mentalidad de que todavía les quedan "algunos años para disfrutar".

El Tuli deja claras sus intenciones de estrenarse en la corrida del día 7 de julio y Margarita, fanática del rejoneo, volverá a la plaza el 6, además del 7 y el 14 "que me han dicho que tendré que venir".

Ambos se atreven a predecir el futuro de las corridas de toros y de forma clara además: "Yo pienso que mientras yo viva habrá toros y pienso vivir hasta los 100", dice Margarita. "Mientras yo viva seguro, además mi nieta también viene y le gustan", añade él.

RECUERDOS DE SUS TOREROS FAVORITOS

Al recordar a sus toreros favoritos, Margarita comenta: "(Antonio) Ordóñez me gustaba mucho".

"Me gustaba mucho (Antonio José) Galán. ¿Te acuerdas un año que hubo una tormenta muy grande y ahí estaba Galán toreando?", le pregunta, a lo que El Tuli responde: "Sí, sí, me acuerdo. Al torero que he visto yo aquí toreando a un toro que no le seguía es El Viti".

"El Viti era un triste", sentencia Margarita, a lo que Jesús matiza, "sí, sí, muy triste, pero toreaba".

nac- ajs/amg

(foto) (vídeo)

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