El terremoto dejó al menos cinco muertos y once heridos en la provincia afgana de Paktika, la más afectada por el seísmo de la noche del martes, según informó en Twitter un portavoz del Gobierno de los talibanes, Ahmadullah Wasiq, sin aportar más detalles.
El portavoz del gobernador provincial, Sanaullah Masoom, citado por medios afganos, confirmó también el número de víctimas que, aclaró, podría aumentar en las próximas horas.
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De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el seísmo de 4,3 grados tuvo lugar en la mañana de este viernes en el oeste de Pakistán, a unos 49 kilómetros del poblado paquistaní de Miran Shah, cerca de las provincias afganas de Khost y Paktika.
En Pakistán, de momento, no se han reportado víctimas o daños a causa de este seísmo, informaron a Efe las autoridades regionales de la oficina de Gestión de Desastres paquistaní. Se trata de una zona muy poco habitada, por lo que el impacto es menor.
El terremoto del pasado martes causó incalculables daños a la infraestructura de esta región con edificios, viviendas, hospitales y escuelas afectados o completamente destruidos, y la interrupción de los servicios de comunicaciones, el servicio de agua, carreteras, y puentes.
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Las principales agencias humanitarias de la ONU, la Cruz Roja Internacional, y los organismos del Gobierno de los talibanes se encuentran en el terreno tratando de dar asistencia a las miles de personas que están recluidas en hospitales o en refugios temporales.
Afganistán suele sufrir terremotos, especialmente en la zona conocida como Hindu Kush, de gran actividad sísmica y habitual punto de origen de movimientos telúricos en la región.
Algunas de las mayores catástrofes en Afganistán provocadas por terremotos ocurrieron en 1998 en el norte del país, cuando en febrero dos terremotos de 5,9 y 6 grados causaron la muerte de unas 4.000 personas. Pocos meses después, a finales de mayo, un seísmo de 7 grados volvió a sacudir la zona y causó unos 5.000 muertos.