El bloque regional de 15 países levantó el cierre de fronteras y la suspensión de transacciones comerciales con el país, además de permitir el retorno de sus embajadores a Bamako, según dijo en una rueda de prensa posterior a la cumbre el presidente de la Comisión de la CEDEAO, Jean-Claude Kassi Brou.
"La decisión tiene efecto inmediato a partir de hoy", puntualizó Brou.
Según el presidente de la Comisión, la decisión se tomó tras la intervención del mediador enviado al país por la CEDEAO, el expresidente nigeriano Goodluck Jonathan, quien subrayó que Mali había avanzado en el establecimiento de un código electoral y mecanismos de monitorización así como hacia la redacción de una nueva Constitución.
Estas medidas se han tomado de cara a la celebración de elecciones presidenciales, para los cuales las autoridades de transición propusieron esta semana como fecha el mes de febrero de 2024.
La CEDEAO, sin embargo, mantuvo la suspensión del país de la organización, así como las sanciones individuales contra miembros de la junta militar, liderada por el coronel Assimi Goita -responsable de un golpe de Estado en agosto de 2020 y un segundo el pasado mayo-, que incluyen la congelación de sus cuentas en bancos regionales.
La organización impuso un paquete de sanciones muy duras en una cumbre extraordinaria celebrada el pasado 9 de enero, después de que el país no cumpliera con su promesa de organizar elecciones para el mes de febrero.
Mali pidió entonces alargar la transición hasta tres años, que luego redujo a dos, una propuesta que el bloque regional rechazó.
El embargo económico había sido fuertemente criticado por organizaciones que temían que agravara la devastadora crisis humanitaria que sufre el país.
Mali está inmerso en una crisis de seguridad desde 2012 por la aparición de varios grupos yihadistas afiliados a Al Qaeda o el Estado Islámico, que aprovecharon la debilidad del Estado maliense para avanzar por el Sahel, y dos golpes de Estado en los últimos dos años.
A causa de estos episodios de violencia, más de 370.000 viven actualmente forzosamente desplazadas de sus hogares y unos 7,5 millones de malienses necesitan ayuda humanitaria, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
En el último año y medio, la región de África occidental ha sufrido cuatro golpes de Estado: los dos acaecidos en Mali (agosto de 2020 y mayo de 2021), uno en Guinea-Conakri (septiembre de 2021) y otro en Burkina Faso (enero de 2022).