El M23 sigue combatiendo en la RDC a pesar del diálogo para rebajar tensiones

Kinshasa, 7 jul (EFE).- Los combates del grupo rebelde del M23 y el Ejército de la República Democrática del Congo (RDC) continuaron este jueves en el noreste del país, a pesar de que el presidente angoleño João Lourenço anunció ayer un "alto al fuego" tras reunirse con sus homólogos de RDC y Ruanda.

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Los enfrentamientos entre ambas partes se reanudaron esta madrugada en dos puntos estratégicos, según señaló Radio Okapi, un medio local financiado por la ONU.

A alrededor de las 6.00 hora local (4.00 GMT) el M23 atacó las posiciones de las Fuerzas Armadas congoleñas en Rwanguba, dentro de la localidad de Jomba (provincia de Kivu del Norte), en un presunto intento de avanzar hacia la ciudad de Rutshuru, capital del territorio del mismo nombre.

Asimismo, a las 7.30 hora local (5.30 GMT) los rebeldes atacaron el pueblo de Kanyabusoro, también en la provincia de Kivu del Norte, ubicado a menos de 20 kilómetros del campamento militar de Rumangabo, que fue usado como centro de operaciones del M23 durante su sublevación en el año 2012.

Los nuevos combates obligaron a los civiles que viven en estas localidades y sus alrededores a abandonar sus casas, señaló Radio Okapi.

Desde el pasado mes de marzo, el M23 dirige una fuerte ofensiva contra el Ejército congoleño, tomando con éxito la estratégica ciudad de Bunagana -un importante centro de comercio y de tránsito de camiones en la frontera de la RDC y Uganda- y hasta otras 14 localidades.

Además de provocar el desplazamiento de más de 170.000 personas, según datos de la ONU, los combates del M23 también han desencadenado una fuerte escalada de tensiones diplomáticas entre Ruanda y la RDC, con Kinshasa acusando al Ejército ruandés de cooperar con los rebeldes.

Kigali, sin embargo, siempre ha negado ese extremo.

Este martes, los presidentes de la RDC, Félix Tshisekedi, y Ruanda, Paul Kagame, acordaron "normalizar" sus relaciones diplomáticas y adoptaron una hoja de ruta con compromisos para rebajar las tensiones que llevaron a los rebeldes del M23 a luchar contra el Ejército congoleño.

Por su parte, el mandatario angoleño, João Lourenço, que participó en esa reunión como mediador en calidad de presidente de la Conferencia Internacional de la Región de los Grandes Lagos (CIRGL), anunció un "alto al fuego", si bien no dio más detalles sobre el mismo.

El M23 se fundó a principios de 2012 como una escisión del extinto Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), un grupo de rebeldes en su mayoría de origen ruandés que luchó contra las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) en suelo congoleño.

Las FDLR, por su lado, se formaron en el año 2000 por algunos cabecillas del genocidio de Ruanda de 1994 y otros ruandeses exiliados en la vecina RDC con el objetivo de recuperar el poder político en su país de origen.

En noviembre de 2012, el M23 avanzó con rapidez hasta ocupar durante dos semanas la ciudad de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, pero la presión internacional forzó al grupo a retirarse y empezar unas negociaciones de paz con el Gobierno congoleño.

Entonces, los investigadores de la ONU acusaron al M23 de contar con el apoyo económico-militar de Ruanda e incluso de recibir órdenes directas de altos funcionarios del Ejército ruandés, algo que Kigali negó con rotundidad.

Desde que los rebeldes y el Gobierno congoleño firmaron la paz en 2013, las tensiones entre ambas partes han sido frecuentes.

El pasado 29 de junio, la jefa de la misión de paz de la ONU en la RDC (MONUSCO), Bintou Keita, hizo hincapié en la enorme capacidad militar del M23, destacando así por encima del más de un centenar grupos armados que batallan en el este de la RDC.

Pero, a pesar de esa capacidad militar, la MONUSCO indicó que, en la actualidad, no se conoce "ninguna confirmación fáctica" sobre la colaboración de Ruanda con el grupo rebelde.

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