Los utreros de este encaste casi en vías de extinción, pero que tan buenos resultados han dado en plazas menores luciendo este hierro, hoy causaron una gran decepción en Madrid, por su acusada falta de raza y un comportamiento muy deslucido, sin ninguna entrega ni voluntad de seguir las telas.
De tal forma, el decidido empeño de la terna de novilleros por hacerles todo por derecho se quedó apenas en un frustrado ejercicio de voluntad, que además tuvo, en los seis casos, un muy defectuoso final a la hora de la suerte suprema.
A Javier Montalvo, un veterano novillero de treinta años, ya le correspondió en la atardecida un primer utrero al que, pese a su buen asiento, no pudo sacar más que medios pases acordes a sus medias arrancadas, y menos aún pudo obtener del cuarto, otro jabonero totalmente desrazado al que, aun así, opuso la misma firmeza.
El segundo, además de falta de casta, acusó unas medidas fuerzas y una más o menos declarada querencia a tablas, pese a lo cual Jesús Ángel Olivas le robó algunos pases templados, los que ni siquiera le permitió el quinto, que no tuvo más de dos arrancadas seguidas antes de pararse desfondado y reservón.
Con buenas intenciones, aunque menos asentado se vio con el tercero a Villita, que, como Olivas, hacía su presentación con picadores en Las Ventas.
Cabeceó mucho ese novillo hasta que también se aferró muy pronto a la arena, mientras que el sexto, el único negro frente a los otros cinco hermanos de pelo jabonero, fue un manso que se movió sin humillar marcando claramante sus ganas de rajarse, como pronto sucedió, sin que Villita perdiera el tiempo más que con la espada, ya con el utrero pegado a las tablas.
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FICHA DEL FESTEJO:
Seis novillos de Aurelio Hernando, cinco de ellos de pelo jabonero, escasos de presencia, con poco aparato en las cabezas y faltos de remate, y en cuanto a juego formaron un conjunto muy desrazado, sin fondo ni clase, cuando no claramente mansos.
Javier Montalvo, de nazareno y oro: estocada atravesada que asoma, estocada delantera y dos descabellos (silencio tras aviso); estocada atravesada que asoma, pinchazo, estocada trasera y descabello (silencio tras aviso).
Jesús Ángel Olivas, de grana y oro: pinchazo y estocada trasera (silencio tras aviso); media estocada desprendida perpendicular y descabello (división de opiniones al saludar).
Juan José Villa "Villita", de azul noche y oro: estocada chalequera (silencio); nueve pinchazos y descabello (silencio tras aviso).
Entre las cuadrillas, Curro Javier destacó en la brega del sexto y saludó tras banderillear al tercero.
Tercera novillada de promoción, en horario nocturno y con unos 3.500 espectadores en los tendidos, en noche calurosa.