"El dictador (Daniel) Ortega, aliado de (Nicolás) Maduro, continúa persecución en Nicaragua. Denunciamos el secuestro de monseñor Rolando Álvarez, que aparezca sano y salvo. Hacer responsables a dictadores por sus actos es clave para contener el avance de totalitarismos en el mundo", escribió el exdiputado en su cuenta de Twitter.
La Policía de Nicaragua ingresó este viernes a la fuerza al Palacio Episcopal de la Diócesis de Matagalpa y arrestó a Álvarez, así como a siete de sus colaboradores, quienes se encontraban recluidos y retenidos desde el 4 de agosto pasado.
Álvarez, de 55 años, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, es acusado por la Policía Nacional de intentar "organizar grupos violentos", supuestamente "con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales", aunque de momento no han ofrecido pruebas.
El jerarca, un crítico del Gobierno del presidente Daniel Ortega, fue detenido junto a los sacerdotes José Luis Díaz y Sadiel Eugarrios, primer y segundo vicario de la catedral de Matagalpa de San Pedro, respectivamente.
También fueron detenidos Ramiro Tijerino, rector de la Universidad Juan Pablo II y encargado de la parroquia San Juan Bautista; así como los seminaristas Darvin Leyva y Melkin Sequeira, el camarógrafo Sergio Cárdenas y el sacerdote Raúl González.
La detención de Álvarez es el más reciente roce en una historia de fricciones entre la Iglesia católica nicaragüense y los sandinistas encabezados por el presidente Ortega.
En lo que va de año, el Gobierno sandinista ha expulsado del país al nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag, llevado a prisión a tres sacerdotes, cerrado ocho radioemisoras católicas y sacado de la programación de la televisión por suscripción a tres canales católicos.
También, ha ingresado por la fuerza y allanado una parroquia y expulsado a 16 monjas de las misioneras de la orden Madre Teresa de Calcuta.
El presidente Ortega tildó de "terroristas" a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional con el que se buscaba una salida pacífica a la crisis que vive el país desde abril de 2018.