R.Unido pide que observadores internacionales investiguen abusos en Xinjiang

Ginebra, 13 sep (EFE).- EEUU, Japón y la Unión Europea expresaron hoy ante el Consejo de Derechos Humanos su preocupación por las conclusiones del reciente informe de la ONU sobre Xinjiang, aunque Reino Unido fue más allá y pidió a China que permita la entrada de observadores internacionales en la región para investigar esos abusos.

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"Este Consejo no puede permanecer callado cuando se está atacando de manera tan brutal a una minoría étnica", señaló la delegación británica en una sesión dedicada a repasar distintos aspectos de los derechos humanos en el mundo, aunque el informe sobre la región china de Xinjiang fue el tema más tratado.

El informe, publicado por la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos el último día de mandato de Michelle Bachelet, "presenta pruebas creíbles de los esfuerzos de China por silenciar y reprimir a los uigures y otras minorías de la región, incluyendo actos que podían ser crímenes de lesa humanidad", recordó la delegación.

Ante ello, "China debe facilitar acceso a los expertos para verificar los hallazgos" del informe, que, según recordó el representante británico, habla de detenciones arbitrarias, torturas, esterilizaciones y abortos forzados o destrucciones de lugares de culto, entre otros posibles crímenes.

Otras delegaciones, como la de la República Checa, en representación de la Unión Europea, también manifestaron su preocupación por las conclusiones del informe, y pidieron ante ello a las autoridades chinas que colaboren con la Oficina de la ONU para aplicar las recomendaciones finales de ese documento.

Francia recomendó un "seguimiento atento" de la ONU a la situación de Xinjiang, mientras que Estados Unidos simplemente indicó que "toma nota" de las conclusiones del informe.

La delegación de China, también uno de los actuales 47 miembros del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, reiteró sus críticas al informe, basado según ellos en "información falsa y conclusiones erróneas".

"Es otro ejemplo de cómo se utilizan los instrumentos de derechos humanos por los países occidentales", afirmó la delegación del país asiático, que calificó de "inaceptable" que la oficina dirigida por Bachelet hasta el 31 de agosto buscara por un lado la cooperación con Pekín y por otro "promoviera el enfrentamiento".

A las críticas de China al informe se unieron las de otros actuales miembros del Consejo, como Venezuela, Bolivia o Cuba, que consideraron el documento "tendencioso", inválido por no contar con autorización del país implicado, y, según la delegación cubana, "producto de las presiones de los países occidentales".

En el turno de los países observadores, Rusia, que este año fue expulsada del Consejo por su invasión de Ucrania, afirmó que el informe sobre Xinjiang marca un "momento de politización sin precedentes" en una institución que mientras denuncia la situación de China ignora "abusos en Europa, EEUU y otros países occidentales".

Llamó la atención el hecho de que ningún país de mayoría musulmana miembro del Consejo hiciera mención alguna al informe, pese a que éste denunciara sistemáticos ataques de las autoridades chinas a pueblos con ese credo en la región de Xinjiang, incluidos los uigures.

Ni siquiera se refirió a ello Pakistan, que habló en nombre de la Organización de Cooperación Islámica y sí mencionó los abusos que sufren pueblos musulmanes como los rohinyas en Birmania, los fieles a esta religión en Jammu y Cachemira, los palestinos ante Israel o los azerbaiyanos en su conflicto con Armenia por el Alto Karabaj.

La invasión rusa de Ucrania, la falta de avances en la investigación de las explosiones ocurridas en el puerto de Beirut en 2020 o la mencionada cuestión palestina fueron otros temas a debate en la sesión de Consejo.

Varias delegaciones expresaron además su agradecimiento a Bachelet por sus cuatro años al frente de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, institución en la que le sucederá como alto comisionado el austriaco Volker Türk.

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