Según informó a última hora de ayer en un mensaje televisado el secretario general del Gobierno, Jacques Sosthène Digara, el nuevo gabinete está formado por 23 carteras, por debajo de las 25 que preveía la Carta de Transición, e incluye cinco mujeres.
Tambèla fue nombrado primer ministro interino el pasado 21 de octubre por el capitán Ibrahim Traoré, de 34 años, que juró ese mismo día el cargo de presidente de transición en la sede del Consejo Constitucional en la capital del país, Uagadugú, después de liderar el segundo golpe de Estado que vive la nación este año.
El capitán asumió el cargo tras ser designado el pasado día 14 presidente de transición, jefe de Estado y jefe supremo de las Fuerzas Armadas por una conferencia nacional.
Traoré en su discurso de investidura pidió una "movilización patriótica y popular" y prometió acabar con la inseguridad del terrorismo yihadista, uno de los motivos que alegó para dar el golpe de Estado.
El líder militar, jefe de Estado más joven del mundo, fue nombrado presidente transitorio por unos 300 delegados (representantes políticos, militares, religiosos y de la sociedad civil) de las trece regiones de Burkina Faso, que se reunieron para acordar una hoja de ruta que permita volver al orden constitucional.
Traoré debería dirigir la transición política durante 21 meses si cumple su palabra.
El capitán se reunió en Uagadugú el pasado día 4 con una delegación de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) y aseguró que respetará el calendario que esa organización acordó con su predecesor, teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba.
Ese calendario prevé el retorno del orden constitucional el 1 de julio de 2024 como muy tarde.
Burkina Faso vivió el pasado 30 de septiembre su segundo golpe de Estado en lo que va del año, después del dirigido el 24 de enero por Damiba.
Traoré asumió el cargo de jefe de Estado el pasado 5 de octubre, momento en que levantó la suspensión de la Constitución impuesta durante el golpe.
La toma del poder por los militares tuvo lugar en ambas ocasiones tras el descontento entre la población y el Ejército por los frecuentes ataques yihadistas que soporta el país desde abril de 2015, efectuados por grupos ligados tanto a Al Qaeda como al Estado Islámico y que han desplazado a casi dos millones de personas.