El féretro -blanco y cubierto con la bandera tricolor irlandesa- que llevaba el cadáver de Seán Rooney, de 24 años, fue transportado desde el aeropuerto de Beirut hasta el aeródromo militar de Baldonell, a las afueras de la capital, donde le esperaban su madre Natasha, su prometida Holly McConnellogue y su abuelo Eugene, entre otros familiares.
Tras su llegada, se celebró una breve ceremonia de oración en presencia de Martin y el jefe del Estado Mayor de la Fuerzas de Defensa de Irlanda, Séan Clancy, así como de compañeros del 121 Batallón de Infantería de la FINUL.
Las autoridades de este país llevarán a cabo una autopsia del soldado esta semana y el funeral se celebrará a finales de esta semana, mientras prosiguen las investigaciones de Dublín y la ONU sobre el incidente que provocó la muerte de Rooney.
El soldado irlandés Shane Kearney, de 23 años, quien también resultó herido en el ataque junto a otros militares, se recupera en un hospital de Beirut, aunque sigue "gravemente herido", según ha informado el comandante del batallón, Damien Murphy.
Todos formaban parte del convoy compuesto por dos vehículos blindados atacado el pasado miércoles durante "una misión administrativa estándar", tal y como la describió el ministro irlandés de Asuntos Exteriores, Simon Coveney.
El jefe de la diplomacia de Dublín explicó que los blindados viajaban desde el campamento principal en el sur de Líbano hacia Beirut, pero en un punto del trayecto "se separaron" y uno de ellos fue rodeado por una multitud hostil", que abrió fuego contra los soldados.