Resistencia birmana ha recaudado "cientos de millones de dólares" desde golpe

Singapur, 20 dic (EFE).- Las fuerzas anti-militares birmanas han logrado recaudar, "posiblemente y contra todo pronóstico, cientos de millones de dólares" desde el golpe de Estado de 2021, según un informe de este martes de International Crisis Group (ICG), que insta a los donantes a "enviar ayuda a través de múltiples canales".

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Los rebeldes "han aprovechado el poder de las redes sociales para recaudar decenas de millones de dólares -y posiblemente cientos de millones- para su lucha contra la junta. E, igual de importante, han conseguido mover el dinero dentro y fuera del país, en las narices del régimen", dice Tom Kean, consultor de ICG Birmania.

"Hay muy pocas probabilidades de que la junta pueda pararles", afirma Kean en el informe, divulgado este martes.

El mismo señala que la diáspora birmana es "la fuente más importante de financiación para el movimiento de resistencia", y que el Gobierno de Unidad Nacional (NUG), formado en parte por los que iban a ser diputados del Legislativo derrocado por los militares, "ha sido el principal receptor del dinero".

El informe abunda sobre las estrategias de recaudación de los grupos de resistencia surgidos tras la asonada del 1 de febrero de 2021, justificada por los militares en un supuesto fraude en las elecciones de noviembre de 2020, ganadas por la Liga Nacional para la Democracia (NLD) de Aung San Suu Kyi.

COMBINACIÓN DE MÉTODOS VIEJOS Y NUEVOS

En particular, en los esfuerzos del NUG y de su brazo armado, las Fuerzas para la Defensa del Pueblo (PDF) para financiarse.

Según ICG, los rebeldes han recurrido a "una combinación de viejos y nuevos métodos": desde el "hundi" (también conocido como "hawala"), un instrumento financiero con siglos de antigüedad para transferir dinero informalmente de un lugar a otro a través de una red de participantes, o las transacciones a través del móvil.

También han apelado al micromecenazgo y empleado las criptomonedas y el kyat digital (divisa birmana), pero estos dos últimos métodos "han sido menos exitosos", según ICG.

El hecho de que estas actividades de recaudación de fondos hayan "resistido" pese a los riesgos de seguridad y los costes financieros refleja, dice el informe, "el continuo rechazo de la vasta mayoría de la población birmana a aceptar el régimen militar".

Según informes, los militares apenas controlarían una cuarta parte de Birmania desde el golpe, y las fuerzas de la resistencia estarían fortaleciéndose en algunas zonas centrales del país.

AYUDA INTERNACIONAL MÁS DIRECTA A LOS REBELDES

Por otro lado, la oenegé alerta sobre "el gran impacto que las restricciones impuestas por el régimen tienen en el reparto de la ayuda humanitaria" al pretender controlar y centralizar las donaciones y urge a los donantes a que "sean más flexibles en sus modos de operar".

Para ayudar al mayor número de personas posible, la organización urge a que las donaciones se envíen "a través de distintos canales" -sugiriendo que no se recurra solo a la Junta, ante acusaciones de que bloquea la distribución en ciertas zonas- y en diferentes formas: "bienes cuando sea posible, pero también dinero".

En este sentido, el NUG aplaudió recientemente la decisión del Senado estadounidense de respaldar la pasada semana una legislación sobre Birmania que autoriza la ayuda no militar a las fuerzas rebeldes.

ICG subraya que, pese a los esfuerzos, "los recursos" de la resistencia "siguen siendo muy limitados" y hay "pruebas de que las donaciones están reduciéndose gradualmente", mientras insta a los donantes internacionales a que utilicen canales similares a los de los rebeldes para enviar la ayuda.

"La trayectoria del conflicto (de momento enquistado, según los expertos) depende en parte ahora de cómo las fuerzas de la resistencia puedan mantener sus donaciones y encontrar más", advierte.

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