"Nuestro objetivo es poder vigilar la evolución de la epidemia", subrayó la primera ministra francesa, Elisabeth Borne, en una entrevista a la emisora de radio France Info, en la que recordó que se trata de secuenciar el virus para aquellas personas que den positivo a su llegada a Francia.
Interrogada sobre la reacción de las autoridades chinas, que han criticado a los países que exigen test a los viajeros procedentes de China y han avisado de que podrían tomar represalias contra ellos, la primera ministra afirmó que "estamos en nuestro papel de proteger a los franceses".
Desde el 1 de enero, Francia aplica test aleatorios a las personas que llegan de China en avión y en el caso de dar positivo se les dan consignas para que se aíslen y se examina el virus para comprobar cuál es la variante de la covid con la que están contaminados.
El ministro de Sanidad, François Braun, puntualizó el domingo que "este control a la llegada no es un control que impida a los ciudadanos entrar en nuestro territorio, sino un control más científico que va a permitirnos seguir de forma extremadamente precisa las diferentes variantes".
Además, a partir del jueves, las personas que embarquen en China con destino a Francia (incluso en un vuelo con escala) tendrán que presentar un test negativo realizado 48 horas antes.