Durante su gira, del 9 al 14 de enero, Kishida tiene previsto celebrar reuniones con los líderes de estos países para debatir asuntos regionales e internacionales, así como las relaciones bilaterales con dichas naciones e intensificar sus lazos en cuestiones de Defensa.
Según el Ministerio de Exteriores nipón, la visita tiene el objetivo de confirmar la cooperación de estos países de cara a la cumbre del G7 que se celebrará a mediados de mayo en la ciudad japonesa de Hiroshima (oeste).
El viaje coincide también con la presidencia por parte del país asiático del G7, un bloque que ha liderado las sanciones económicas sobre Rusia por la invasión que acometió en febrero de 2022 y sus persistentes ataques sobre Ucrania.
"Queremos confirmar una mayor colaboración entre países de ideas afines al profundizar la cooperación en seguridad con estos países que han estado fortaleciendo el interés y el compromiso en el Indo- Pacífico", señaló la cancillería japonesa en un comunicado publicado esta semana.
El primer ministro nipón tiene programada una reunión con el presidente estadounidense, Joe Biden, en la Casa Blanca el 13 de enero, donde según dijo en declaraciones a los medios esta semana, mostrará cómo "la alianza entre Japón y Estados Unidos se está fortaleciendo cada vez más".
Durante sus conversaciones con el presidente francés, Emmanuel Macron, se espera que Kishida comparta su preocupación por la creciente actividad de China en el Pacífico y confirme la intensificación de los ejercicios militares entre ambos países.
El desarrollo y la producción conjuntos de un avión de combate de nueva generación será parte de las conversaciones durante las visitas a Roma y Londres el martes y miércoles, respectivamente.
Japón y Reino Unido también podrían debatir un acuerdo para el Acceso Recíproco que eliminaría los obstáculos para realizar ejercicios militares conjuntos en cualquiera de los dos países.
El viaje se produce semanas después de que el Gobierno japonés aprobara tres nuevos documentos de su estrategia de seguridad nacional que permiten al país por primera vez atacar objetivos enemigos fuera de su territorio para repeler ofensivas o en caso de agresión inminente.
La hoja de ruta incluye también la meta de elevar el gasto militar de Japón entre 2023 y 2027 hasta el 2 % del producto interior bruto nacional (PIB), lo que lo equipara al nivel de gasto de los países miembros de la OTAN y rompe el techo inferior al 1 % que mantiene el país desde hace décadas.