"Medio millón de personas no pueden volver a sus hogares, mientras que alrededor de tres millones no pueden comer lo que necesitan", lamentó el coordinador humanitario de la ONU en la RCA, Mohamed Ag Ayoya, en un comunicado.
"Además, se siguen cometiendo graves abusos contra los derechos humanos y violaciones del derecho internacional humanitario", añadió.
Según Ayoya, el número de personas que necesitan asistencia humanitaria en la RCA ha crecido un 10 % con respecto a 2022.
El país nunca había tenido a tantas personas dependientes de la ayuda humanitaria desde 2018.
Para hacer frente a esta crisis, el Gobierno centroafricano y la ONU, así como varias organizaciones humanitarias, pidieron hoy a la comunidad internacional la movilización de 465 millones de dólares para ayudar al menos a 2,4 millones de personas a lo largo de este año.
Por su parte, el primer ministro de la RCA, Felix Moloua, indicó que la "persistencia de una crisis de seguridad" en muchas zonas de este país "ha agravado la vulnerabilidad de una parte de la población, en particular mujeres, niños y ancianos, un tema de gran preocupación para el Gobierno".
Así, Moloua invitó a las organizaciones humanitarias a trabajar colectivamente para encontrar "soluciones constructivas" a los diversos desafíos del país.
La ONU registró en 2022 un aumento de las violaciones de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario en la RCA, así como una tendencia al alza de casos de violencia de género e incidentes con artefactos explosivos.
Además, las restricciones logísticas y de seguridad siguen obstaculizando el acceso de las organizaciones humanitarias a las personas más vulnerables.
Esas organizaciones humanitarias registraron un incidente de seguridad en la RCA cada dos días a lo largo de 2022, dejando a un trabajador muerto y 24 heridos.
"Cualquier ataque contra los actores humanitarios es un ataque contra miles de centroafricanos que necesitan asistencia. Los actores humanitarios y los civiles nunca deben ser un objetivo", destacó Ayoya.
La RCA sufre violencia sistémica desde finales de 2012, cuando una coalición de grupos rebeldes de mayoría musulmana -los Séléka- tomó Bangui y derrocó en marzo de 2013 al presidente François Bozizé tras diez años de Gobierno (2003-2013), dando inicio a una guerra civil.
El actual presidente centroafricano, Faustin Archange Touadéra, declaró en octubre de 2021 un alto el fuego unilateral con el objetivo de facilitar el diálogo nacional, pero buena parte del país -rico en diamantes, uranio y oro- permanece en manos de milicias.