La sede central de este evento que atrae a miles de personas de todo EE.UU. y de otros países es el Centro de Convenciones de Miami Beach, pero también se realizan actividades en el parque situado en frente, donde se instaló una piscina gigante de 40.000 galones (más de 151.000 litros) para hacer demostraciones.
Otras subsedes son cuatro marinas de la zona, cada una dedicada a un tipo de embarcación.
Yacht Haven Grande Marina, en la isla Watson, cerca del puerto de cruceros, acoge la sección de superyates, donde pueden verse los más grandes, lujosos e innovadores del mundo pagando 130 dólares por persona por día.
La entrada general al resto de la feria por dos días es de 72 dólares, lo que da una idea del perfil del visitante de un evento con un impacto económico de más de 1.300 millones de dólares al año, según los organizadores.
Entre estos superyates está Apho, construido por la firma alemana Lürssen, que es el más grande expuesto hasta ahora en una feria en Norteamérica, con 6 cubiertas, más de 114 metros de eslora, 18 nudos de velocidad y capacidad para 16 personas en sus 8 grandes camarotes.
Otros de los megayates que se muestran en este salón náutico son el Kismet, que cuenta con dos helipuertos y una plataforma de observación privada; el Caprice, de Oceanco; el Alpha al fresco, construido en Turquía por Alpha Custom Yachts, y el "Bodacious".
No solo se pueden contemplar embarcaciones de lujo, motores y accesorios o conocer las últimas novedades y tecnologías del sector en esta feria, también hay áreas donde especialistas en barcos de recreo dan consejos y seminarios para que los propietarios de embarcaciones les puedan sacar el máximo rendimiento y disfrute, y diversiones nocturnas.
La edición de este año va hasta el próximo domingo.