Las opciones incluyen cinco propuestas que habían sido presentadas por el Gobierno y otras cuatro alternativas, escogidas después de realizar una primera evaluación ambiental estratégica y que avanzarán a la siguiente fase del proceso, prevista para mayo.
Entre las alternativas, algunas pasan por mantener la actual infraestructura de Portela, que se encuentra dentro de la propia ciudad de Lisboa, y añadir un nuevo aeródromo complementario en otra localización.
Entre esas localizaciones complementarias figuran Montijo y Alcochete, ambas a algo más de 30 kilómetros al sur de la capital, al otro lado del río Tajo; Santarém, a unos 80 kilómetros al norte, o Pegões, a 80 kilómetros al este.
También se prevé como opción construir un único aeropuerto en Santarém, Alcochete y Pegões, así como una infraestructura doble en Rio Frio y Poceirão (a 40 y 50 kilómetros al sureste de Lisboa, respectivamente).
La comisión tuvo en cuenta factores como la proximidad a Lisboa, la existencia o planificación de infraestructuras ferroviarias y carreteras y el área de expansión para valorar las candidaturas.
Las nueve opciones seleccionadas pasarán a una nueva fase de evaluación ambiental en mayo y está previsto que el informe final sea presentado en diciembre.
El Gobierno tendrá la última palabra para escoger dónde se situará el nuevo aeropuerto.
El nuevo aeropuerto de Lisboa es una de las grandes infraestructuras pendientes que los sucesivos gobiernos portugueses discuten desde hace años sin llegar a un acuerdo.