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En un comunicado difundido por la embajada norteamericana en Jartum, Estados Unidos celebra que la oficina del fiscal de la CPI haya comenzado las investigaciones “centradas en eventos recientes”.
La investigación, según dijo el jueves el fiscal de la CPI Karim Khan al Consejo de Seguridad de la ONU, incluye la reciente matanza supuestamente ordenada por las FAR de 87 personas de la etnia masalit, cuyos cadáveres fueron encontrados en una fosa común.
"Que este sea un mensaje para todos los que cometen atrocidades, en Sudán y en otros lugares, de que tales crímenes son una afrenta a la humanidad. Instamos a todos los Estados a cooperar con la CPI para brindar la justicia prometida al pueblo de Darfur", indica en la nota.
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Algunas autoridades sudanesas, como el gobernador de Darfur, Mini Arko Minaui, ya habían pedido a la CPI que investigue los “crímenes” cometidos durante este conflicto, iniciado el pasado 15 de abril y que ha causado ya unos 3.000 muertos y más de 3,1 millones de desplazados y refugiados.
La CPI ha estado investigando crímenes de lesa humanidad en Sudán desde 2005 por la guerra en Darfur, que entre 2003 y 2008 dejó al menos 300.000 muertos.
De hecho, el dictador Omar al Bashir, derrocado en 2019, y varios de sus responsables enfrentan acusaciones de la CPI por presuntos crímenes de lesa humanidad y genocidio en relación con ese conflicto, en el que participaron las denominadas milicias Yanyauid, hoy reconvertidas en las FAR.
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La CPI ha pedido en diversas ocasiones la extradición de Al Bashir, pero pese al compromiso de Jartum nunca se ha llegado a producir, y el exdictador permanece recluido en un hospital militar tras ser acusado en Sudán con varios cargos, entre ellos de enriquecimiento ilícito.
Hasta ahora, tan solo se enfrenta a un juicio en la CPI el comandante conocido como Ali Kushayb, que un año después de la caída de Al Bashir se entregó voluntariamente en la República Centroafricana.