Los jóvenes de la Vuelta al Mundo limpian senderos y el mar a su paso por el Mediterráneo

Madrid, 21 jul (EFE).- Los jóvenes iberoamericanos del proyecto educativo y aventurero Vuelta al Mundo dedicaron sus jornadas junto al mar Mediterráneo a tareas de limpieza y conservación de senderos y fondos marinos en la pequeña isla española de Tabarca (Alicante, este).

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El proyecto, con 25 jóvenes procedentes de once países iberoamericanos, homenajea desde el lunes pasado a la Expedición Balmis (1803-1810) considerada la primera vacunación global, en un viaje de casi 30 días por decenas de lugares de España y Portugal.

La Expedición Balmis fue liderada por los médicos españoles Francisco Javier Balmis y José Salvany y la enfermera Isabel Zendal y a comienzos del siglo XIX logró mantener la vacuna contra la viruela activa durante viajes transoceánicos a través de 22 niños huérfanos que portaban el antídoto en su cuerpo.

El responsable del proyecto, Jesús Luna, explicó a EFE que la parada en Alicante era "fundamental" ya que Balmis nació en esta localidad española.

"Entendíamos que era fundamental conocer su figura de la mano del profesor José Tulls, director de la Cátedra Balmis, que nos ha mostrado a un Balmis completamente polifacético, con aspectos desconocidos, un aventurero, un hombre de ciencia, con gran capacidad de innovación e ingenio", contó por teléfono.

Así, los jóvenes expedicionarios visitaron la casa natal del médico y "los lugares más emblemáticos de su vida durante su estancia en Alicante": "nos hemos empapado de eso y hemos salido entusiasmados".

UNA ISLA EN EL MEDITERRÁNEO

En una embarcación llegaron los jóvenes a Tabarca, "una isla de 30 hectáreas con un patrimonio medioambiental, histórico y artístico impresionante" situada a unos ocho kilómetros de la península ibérica.

Allí disfrutaron de varias actividades relacionadas con "la sostenibilidad, la solidaridad, la cooperación internacional y la igualdad de género: pilares fundamentales del proyecto", según Luna.

"Hemos hecho una ruta medioambiental de conservación de los senderos y han podido conocer de primera mano cuáles son los problemas que tiene la isla de Tabarca, que es reserva marítima con aves protegidas y unos fondos marinos espectaculares" añadió el responsable.

En la isla, las chicas y chicos pasaron varias horas recogiendo residuos tirados en zonas naturales con la que se buscaba "concienciarles" del "impacto" del ser humano en la naturaleza y "la grave crisis climática en la que nos encontramos".

También estudiaron los fondos marinos y pudieron conocer la planta endémica de la zona, la posidonia oceánica, esencial para la conservación del Mediterráneo.

"El Medio Ambiente ha sido el rey, el pilar fundamental en este entrono privilegiado, los expedicionarios no han parado de trabajar, de hacer cosas sin desfallecer, comprometidos con su labor de dejar la isla en mejores condiciones que la encontraron", aseguró.

VER EL MAR POR PRIMERA VEZ

Para uno de los expedicionarios, la jornada junto al Mediterráneo fue más especial que para los demás.

Tobías Agüero, paraguayo, no había visto nunca el mar y mucho menos había experimentado la sensación de bañarse en agua salada.

"Vi la inmensidad, algo increíble, no pensé tener tanto que pensar después, me quedé sin palabras", narró a EFE.

Para Tobías, acercarse a la costa española "fue hermoso": "ver el color del mar, tener algo tan inmenso, parecía que no tenía fin, es muy diferente a lo que pensé".

Tras observarlo y recuperar las palabras que no hallaba, se introdujo en él por primera vez.

"Nunca antes había sentido algo así, algo salado y también muy pesado, se siente muy diferente al agua dulce (...) espero tener este momento grabado en la memoria por siempre", analizó.

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