“Es demasiado pronto para celebrarlo como un gran éxito del ejército ucraniano, pero muestra de manera clara que las fuerzas ucranianas consiguen avanzar en unas condiciones muy duras”, dijo a EFE este coronel ucraniano en la reserva.
La recuperación de Staromaiorske, explica Grabski, permite a Ucrania mejorar su posición táctica en esta zona del frente, y ayudará a las fuerzas de Kiev a “expandir sus acciones ofensivas para acercarse primero y destruir después la segunda línea defensiva rusa”.
Preguntado por los densos campos de minas que están complicando la contraofensiva ucraniana, este militar en la reserva con experiencia en misiones internacionales en Irak y los Balcanes anticipa que no supondrán el mismo problema a la hora de atacar la segunda línea.
“No podemos decir que nos encontraremos el mismo nivel de densidad”, dice Grabski, que explica que llenar de explosivos esta segunda línea crearía graves obstáculos también para las tropas rusas a la hora de maniobrar para responder a los ataques de Ucrania.
El coronel en la reserva considera que Ucrania aún no ha creado las condiciones para lanzar una ofensiva mecanizada a mayor escala, como el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) y otras fuentes que siguen el conflicto aseguran que podría haber ocurrido ya en el frente del oeste de la región meridional de Zaporiyia.
Grabski considera que Ucrania debe continuar desgastando a las tropas rusas con la actual táctica de lanzar al ataque a pequeños grupos de soldados con poco armamento mientras destruye el mayor número posible de unidades de artillería y otros objetivos rusos para debilitar a las fuerzas ocupantes antes de poner en liza más tropas y equipamiento.
Ucrania dio por comenzada su contraofensiva terrestre a principios del mes de junio. Las fuerzas ucranianas atacan actualmente en tres segmentos del frente: Bajmut, en el este; la zona de Staromaiorske en el sureste y Zaporiyia en el sur.