En un comunicado, la FAA indicó que ha enviado más de 270 casos al FBI desde finales de 2021, en el marco de un convenio de colaboración, y que el porcentaje de alborotadores en los aviones ha bajado el 80 % desde el pico alcanzado hace dos años, durante la pandemia, cuando recibió un total de 5.973 denuncias.
La FAA destacó en su nota que desde comienzos de 2023 ha remitido a la agencia de seguridad casos de pasajeros que han lanzado objetos y han insultado a otros a bordo del avión; de personas que intentaron acceder a la cabina del aparato y profirieron amenazas; y de gente que fumó en los lavabos.
También ha habido agresiones sexuales a pasajeras y a un menor que viajaba solo a bordo del avión, así como conductas sexuales indebidas hacia los asistentes de vuelo; y una persona que lanzó amenazas terroristas, agredió a un miembro de la tripulación y fumó en el avión.
El secretario de Transportes de EE.UU., Pete Buttigieg, indicó en el texto que ese tipo de comportamientos acarrean "inquietudes graves de seguridad para los pasajeros y la tripulación" y que es por eso que están abordando este asunto "de forma agresiva".
"Si usted se comporta mal en un avión, puede afrontar una acusación penal y multas de hasta 37.000 dólares por violación", avisó.