"He informado a Bocan-Harcenko sobre el hecho de que en Kosovo se está realizando una brutal limpieza étnica organizada por (el primer ministro kosovar) Albin Kurti con apoyo de parte de la comunidad internacional", escribió Vucic en su cuenta de Instagram.
El mandatario informó así de una reunión con el jefe de la legación rusa en Belgrado que mantuvo hoy, un día después del tiroteo que se produjo en Kosovo entre la policía y un grupo armado, formado aparentemente por serbokosovares y/o serbios.
El presidente serbio calificó la conversación con el embajador ruso como "muy importante" y expresó su agradecimiento al diplomático por haber escuchado "las solicitudes y demandas de la parte serbia", sin revelar más detalles sobre las mismas.
Mientras, la policía kosovar sigue investigando el violento incidente del domingo, un largo tiroteo en el que los asaltantes se atrincheraron en un monasterio del norte de Kosovo y que se saldó con un sargento y tres supuestos asaltantes muertos, dos personas heridas y seis detenidos.
El primer ministro kosovar, Albin Kurti, acusó inmediatamente a Belgrado de apoyar a los asaltantes, un grupo estimando en unas treinta personas a las que calificó de "terroristas".
También el domingo, Vucic rechazó esas acusaciones y al mismo tiempo responsabilizó a Kurti de opresión y maltrato a los miembros de la minoría serbia en Kosovo, asegurando que esa ha sido la causa del incidente de rebelión armada.
El presidente serbio arremetió asimismo contra las fuerzas de la OTAN en Kosovo, KFOR, por haber ayudado a la policía kosovar a cercar por completo al grupo armado que había causado la muerte del policía e impedir que huyesen hacia Serbia central.
También acusó a la KFOR de haber dado a la policía kosovar "la carta blanca para matar a todos" (los serbios cercados), afirmando que en ninguna otra parte del mundo las fuerzas internacionales actuaron jamás de forma similar.
"Una cosa es segura: Kosovo nunca, nunca y jamás recibirá la independencia, al menos no por parte de Serbia, hagan lo que hagan los que nos bombardearon en 1999", dijo Vucic en alusión a la intervención de la OTAN en la guerra de Kosovo.
Al igual que Belgrado, Moscú, un estrecho aliado de Serbia, no reconoce la independencia declarada por Kosovo en 2008.