En una conferencia de prensa en Varsovia, la portavoz de la Guardia Fronteriza polaca, Anna Michalska, aseguró que el tráfico ilegal desde su vecino del sur se multiplicó por siete durante el último mes.
"Planeamos reforzar aún más las patrullas en la frontera con Eslovaquia (...) y ya realizamos controles en las carreteras, pero si hay una gran ola de migración, existen herramientas legales para restablecer los controles fronterizos temporales", dijo hoy Michalska.
El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, publicó ayer un comunicado en el que confirmaba haber ordenado al ministerio del Interior "introducir controles en los minibuses, furgonetas, coches y autobuses que sean sospechosos de transportar inmigrantes ilegales, para que nadie nos acuse de tener una frontera vulnerable".
Estas declaraciones se produjeron poco después de que la ministra alemana de Interior, Nancy Faeser, anunciase que Berlín considera implantar controles de entrada en su frontera con Polonia y las palabras del canciller alemán, Olaf Scholz, que pidió a Varsovia "aclarar el escándalo de los visados" supuestamente vendidos de manera ilegal por una red diplomática polaca.
Morawiecki aseguró recientemente que los inmigrantes indocumentados que llegan a Polonia lo hacen desde los Balcanes, Hungría y Eslovaquia, por lo que no considera a su Gobierno responsable del tráfico ilegal de personas.
Por otra parte, el portavoz del Ejecutivo polaco, Piotr Müller, indicó ayer que Varsovia "no descarta establecer filtros de entrada" en su frontera con Alemania "considerando el potencial flujo de inmigración (con origen en) Lampedusa", la isla italiana que ha recibido a miles de inmigrantes africanos en las últimas semanas.
A raíz de esa situación, Morawiecki acusó a la Unión Europea de "favorecer la llegada de inmigrantes ilegales" y el Parlamento polaco aprobó una resolución que condenó los planes de Bruselas para gestionar los flujos migratorios ilegales en Europa.
Varsovia ha recalcado en varias ocasiones su oposición a la reubicación forzosa de inmigrantes y alega que ya ha acogido a más de un millón de refugiados de Ucrania por lo que, según Morawiecki, "nadie puede darnos lecciones de humanidad".