De acuerdo con los informantes, un avión aterrizó en Saná la tarde del sábado procedente de la capital jordana, Amán, y fue retenido por las autoridades hutíes para evitar continuara su camino hacia la ciudad portuaria de Adén, sede de la compañía y del Gobierno yemení reconocido internacionalmente.
Esta acción fue en represalia, según las fuentes, por la decisión de ayer de Yemenia Airways de suspender los vuelos al aeropuerto de Saná, debido a la supuesta negativa de los hutíes de dejar retirar a la aerolínea un monto de unos 80 millones de dólares de sus cuentas bancarias.
La suspensión implica la cancelación de seis vuelos semanales a Jordania en octubre, dijo el sábado la aerolínea, que calificó la confiscación de fondos de "ilegal".
El Ministerio de Transporte de los hutíes, por su parte, tachó la decisión de la aerolínea de "falta de seriedad de los países agresores a la hora de buscar la paz de forma seria", en referencia a la coalición militar liderada por Arabia Saudí que interviene en el Yemen desde 2015 en favor del Gobierno del país árabe.
Asimismo, calificó de "falsa y de pura invención" la confiscación de los fondos de la aerolínea.
Yemenia Airways reanudó los vuelos desde Saná a la capital de Jordania, Amán, en abril de 2022, ampliando así su conexión internacional más allá de El Cairo (Egipto), tras un acuerdo de tregua entre las partes beligerantes, enfrentadas en un enquistado conflicto desde 2014.
Desde su intervención en 2015, Arabia Saudí controla el espacio aéreo yemení y ,en un principio, solo dejaba operar vuelos humanitarios fletados por la ONU al aeropuerto de Saná.
Las tensiones, sin embargo, se han ido acumulando en los últimos meses, entre amenazas del Gobierno del Yemen de cerrar el aeropuerto de Saná si los hutíes no cesan la "guerra económica", que según el Ejecutivo consiste en atacar instalaciones vitales y obligar a los barcos mercantes a atracar en los puertos controlados por los insurgentes.