El investigador chileno reconoció que la llegada de enfermedades tropicales emergentes a los países occidentales por el cambio climático y los flujos migratorios está cambiando el mapa de la salud pública global, según dijo en una conferencia de prensa en Oviedo (norte), donde el viernes recogera el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2023 que distinguió a esta organización.
Pizarro apuntó que, por ejemplo, que la desertización ha supuesto la llegada de la enfermedad del dengue a España, que puede convertirse en "una de las principales causas de trasplante cardíaco".
La llegada de estas enfermedades será un problema aún mayor "si no se trabaja para encontrar un tratamiento", indicó, y recordó que la crisis climática ha provocado también la llegada del mosquito tigre al Mediterráneo.
Considera que esta situación "va a crear conciencia" en el mundo occidental sobre la necesidad de tratar este tipo de enfermedades, ya que no se puede pretender "vivir en una burbuja cuando el mundo está interconectado", como se demostró con la pandemia del coronavirus.
En este sentido, aseguró que "la infraestructura está lista para afrontar la llegada de una nueva pandemia", si bien precisó que en la cooperación internacional tienen que intervenir todos los agentes, tanto científicos como autoridades y personas a nivel individual, y tanto en el norte como en el sur del planeta.
Pizarro admitió las dificultades que conlleva la realización de estudios clínicos en las partes más remotas del planeta.
En este sentido, la doctora Kavita Singh, que desde la India dirige la iniciativa en el sur de Asia, resaltó la importancia de los voluntarios que están conectados con la población rural para animarles a que comuniquen los síntomas que les producen los medicamentos.
En su intervención, Juliana Quintero, investigadora colombiana del Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales, resaltó la "aportación gigante" que ofrecen las personas que de forma voluntaria participan en ensayos de nuevos tratamientos para convencer a sus conocidos de que se traten con estos nuevos medicamentos y olviden los antiguos, que en algunos casos producen la muerte de los pacientes.
El jurado del Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2023 decidió concedérselo a esta organización sin fines de lucro por haber desarrollado en sus veinte años de historia numerosos medicamentos "eficaces", "accesibles" y "asequibles" para dolencias que causan "graves estigmas sociales y millones de muertes al año".
Entre las enfermedades en las que centra su trabajo, muchas de las cuales afectan especialmente a áreas tropicales, están la ceguera de los ríos o filariasis, la enfermedad del sueño, la leishmaniasis cutánea y visceral, la hepatitis C, la malaria, la meningitis criptocócica, el dengue, el VIH, el micetoma y, en los últimos años, la covid-19.
Con más de doscientos socios en más de cuarenta países, la red fue fundada por Médicos sin Fronteras, la Organización Mundial de la Salud y otras cinco instituciones públicas y privadas de Brasil, Francia, India, Kenia y Malasia y desde su puesta en marcha ha logrado desarrollar doce tratamientos para seis enfermedades.