“Necesitamos poder enviar ayuda a esa gente”, indicó en rueda de prensa telemática desde Jerusalén, explicando que las autoridades israelíes no permiten la actuación de las agencias humanitarias de Naciones Unidas en esa zona.
"Más de 200 rehenes en cautividad (secuestrados el 7 de octubre por el brazo armado de Hamás) necesitan ser liberados de forma inmediata e incondicional, pero de la misma manera, la ayuda humanitaria tiene que llegar a Gaza sin condiciones", aseguró Hastings a la prensa acreditada ante la ONU en Ginebra.
Naciones Unidas indicó previamente que unos 30.000 palestinos han regresado al norte de Gaza, dado que el sur de la franja, supuesta zona de evacuación, también sufre continuos bombardeos, como los que dejaron 40 muertos en la jornada pasada en la localidad de Jan Yunis.
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"Como Naciones Unidas lleva diciendo hace tiempo, no hay ningún lugar seguro en estos momentos, muchos palestinos que evacuaron al sur regresan al norte por los ataques aéreos y porque las condiciones de vida son insostenibles para ellos también en la zona meridional", aseguró.
Hastings insistió en que la falta de combustible está limitando la ayuda humanitaria en Gaza, pero también servicios como el alcantarillado en la franja, ya que todos los sistemas de gestión de esos residuos están bloqueados.
"Todas las aguas residuales son bombeadas hacia el mar, y una vez el combustible se agote, empezarán a desbordarse e inundar las calles", aseguró.
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Preguntada sobre los desencuentros entre la ONU y las autoridades israelíes, que esta semana amenazaron con dejar de extender visas a los empleados de la organización internacional y sus agencias humanitarias, Hastings aseguró que por ahora no se han materializado esas amenazas.
"Nos han informado de que por ahora esa orden de no dar visas no se ha dado", afirmó, señalando que "Naciones Unidas sigue en comunicación, mediante los canales habituales, con los responsables de Israel para lograr los visados que necesite nuestro personal".
Matizó, no obstante, que algunas agencias de la ONU ya tenían problemas para lograr visados de acceso a Israel y Palestina antes del estallido actual de hostilidades, particularmente la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que llegó a pasar dos años y medio sin lograr esos documentos de entrada.
Hastings detalló por otro lado que Naciones Unidas calcula que unos 7.000 ciudadanos extranjeros permanecen en Gaza, negociando su salida de la franja ante la difícil situación de seguridad y humanitaria.