El caudal del río, alimentado por días de intensas lluvias en la zona, llegó en la madrugada a niveles de mil metros cúbicos por segundo, nunca vistos desde que comenzaron a hacerse mediciones en 1904, y elevó la alerta por crecidas al nivel cinco, máximo para las autoridades locales.
Desde primeras horas de la mañana, bomberos locales y voluntarios han protegido con paneles de madera, sacos de arena y boyas hinchables algunas zonas más bajas de las orillas para evitar desbordamientos.
Las crecidas obligaron a interrumpir cuatro líneas de los transportes públicos ginebrinos y a evacuar a peatones y ciclistas próximos a las orillas del río, que nace en el macizo del Mont Blanc y pasa también por la turística localidad francesa de Chamonix.
La versión digital del diario Tribune de Genève señala que los puentes de Acacias, Vessy, Fontenette, Carouge y Val-d'Arve fueron cortados durante unas horas por temor a las crecidas, y que éstas causaron inundaciones en varios sótanos privados.
También entraron grandes cantidades de agua en los subsuelos de edificios públicos como el centro deportivo de Vernets, sede del equipo de hockey sobre hielo local.
Desde 1904 el caudal del Arve sólo había superado los 800 metros cúbicos por segundo en cinco ocasiones, la más reciente en 2015, cuando alcanzó los 915 metros cúbicos por segundo.
Los meteorólogos indican que la bajada de temperaturas que se espera a partir de mañana jueves ralentice la velocidad del caudal del Arve.
Por otro lado, con la descarga de ríos afectados por grandes crecidas como el Arve, ahora la preocupación se podría trasladar al Ródano, el segundo mayor río de la vertiente mediterránea europea y que atraviesa grandes ciudades francesas como Lyon, Aviñón o Arles.