Durante la reunión, que tuvo lugar en Riad, la capital de Arabia Saudí, Al Alimi trasladó a la diplomática que la única vía para detener la actual crisis en el mar Rojo pasa por "restaurar las instituciones estatales yemeníes", controladas por los hutíes desde que estalló la guerra en el Yemen en 2014.
Asimismo, recordó que la guerra en la Franja de Gaza y sus repercusiones a nivel regional e internacional "llevaron a la militarización del mar Rojo y a las peligrosas amenazas de las milicias hutíes a la libertad de navegación internacional en nombre de del régimen iraní", que apoya a los insurgentes.
Al Alimi subrayó que el Gobierno internacionalmente reconocido del Yemen, respaldado por Arabia Saudí, es el único que puede salvaguardar la soberanía del Yemen y garantizar la libre navegación en el mar Rojo, donde los hutíes han lanzado decenas de ataques contra navíos comerciales para dañar económicamente a Israel.
Tras los bombardeos estadounidenses y británicos de los últimos tres días contra posiciones militares de los hutíes en el Yemen, el Gobierno yemení acusó a los insurgentes de "arrastrar al país a un escenario de enfrentamiento militar con fines propagandísticos", así como de servir a los intereses de Irán.
Las amenazas a la seguridad marítima de los hutíes provocaron la respuesta de Washington y Londres, que afirman que no buscan un enfrentamiento directo pese a que los insurgentes del Yemen han declarado una "guerra abierta" contra estos países y han amenazado con lanzar ataques contra sus objetivos en Oriente Medio.
Pese a los bombardeos, dirigidos a minar las capacidades de los insurgentes para atacar buques mercantes, los hutíes han asegurado que seguirán llevando a cabo acciones contra todo navío de Israel o que se dirija a puerto israelí, en apoyo al grupo islamista Hamás en la Franja de Gaza.