El año pasado, el consumo de este recurso se situó en 394.530 millones de metros cúbicos, lo que supone un aumento del 7,6 por ciento interanual, informó la Comisión, recoge hoy la agencia estatal Xinhua.
En diciembre de 2023, el consumo creció un 9,5 por ciento en comparación con el mismo período de 2022 y llegó a 37.650 millones de metros cúbicos.
China produjo 229.700 millones de metros cúbicos de gas natural el año pasado, un 5,8 por ciento más que en 2022, según datos oficiales.
Aunque China, el país más contaminante del mundo, trata de reducir su dependencia del carbón para solucionar sus carencias energéticas, en 2022 "aceleró dramáticamente" la aprobación de licencias para plantas de carbón por problemas de suministro, según un informe del Centro para la Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA por sus siglas en inglés) y el Monitor de la Energía Global (GEM).
Aquel informe alertó sobre la dependencia del país de la sustancia fósil, después de que el gigante experimentara en 2021 una oleada de apagones sin precedentes por el aumento de la demanda y la escalada de los precios del carbón, entre otros factores.
El presidente chino, Xi Jinping, anunció en 2020 que el país alcanzaría el pico de emisiones de carbono en 2030, para después lograr la neutralidad en carbono en 2060, ante la creciente preocupación mundial sobre el cambio climático.
Asimismo, 2030 es la fecha en la que Pekín aspira a conseguir que los combustibles no fósiles proporcionen el 25 % de la energía generada en el país, con el carbón responsable actualmente del 60 % de la misma.
La energía eólica y solar son los principales motores de los esfuerzos chinos para lograr los objetivos de reducción de emisiones de carbono, mientras el país prevé una expansión de la capacidad de la energía nuclear en los próximos años.
No obstante, el gas natural juega un papel importante para Pekín, y ha reforzado en los últimos años su cooperación con Rusia para asegurarse el suministro de esa fuente energética.