"No van a resolver el problema para nada, son solamente una amenaza", pues los hutíes "no van a parar los ataques contra los buques", aseguró Al Alimi durante su intervención en la Conferencia de Seguridad celebrada en la ciudad alemana.
El responsable yemení apuntó que para tratar con los hutíes "hay que cortar las fuentes de suministro de las armas y la ayuda financiera que proviene de la UE y la ONU".
Asimismo, indicó que la comunidad internacional debe apoyar el Estado yemení "para recuperar el poder, incluso en las zonas de dominio hutí".
En referencia a los ataques hutíes contra barcos israelíes o con destino a puertos en territorio israelí, dijo que el grupo dispone de "submarinos y barcos de alta velocidad" y armas iraníes que "están amenazando los barcos en el mar Rojo".
Recalcó que la situación es "compleja" y que si las armas siguieran en manos de los hutíes "veremos más chantajes".
Desde el pasado 19 de noviembre, los hutíes han lanzado una treintena de ataques contra buques mercantes de distintos países que transitaban por el mar Rojo, el golfo de Adén y el estrecho de Bab al Mandeb, asegurando que los navíos o bien pertenecían a Israel o se dirigían a puerto israelí.
Según los hutíes, estos ataques se llevan a cabo "en apoyo y solidaridad" con los palestinos de la Franja de Gaza.
Esos ataques desencadenaron una respuesta militar por parte de Estados Unidos y el Reino Unido, que desde el 12 de enero han iniciado una campaña de ataques a gran escala contra objetivos de los hutíes en el Yemen, algo que ha provocado la muerte de decenas de combatientes rebeldes.
Sin embargo, los hutíes defienden que esto no ha minado sus capacidades para seguir lanzando acciones contra el mar Rojo.
La tensión en la zona ha hecho que las principales navieras a nivel mundial continúen ajustando sus rutas para evitar cruzar por el mar Rojo, por donde transita el 8 % del comercio mundial de cereales, el 12 % del comercio de petróleo y el 8 % del comercio mundial de gas natural licuado.