"Juro que la seguridad de Egipto y de su pueblo, e implementar el desarrollo y el progreso, es mi única opción por encima de cualquier otra consideración", dijo Al Sisi durante un discurso tras la ceremonia de juramento, que tuvo lugar en la Nueva Capital Administrativa (NAC), a unos 40 kilómetros al este de El Cairo.
El mandatario, que lleva ya más de una década en el poder, reconoció que los últimos años "el camino no ha sido un camino de rosas" debido al "terrorismo en el interior", en referencia a los Hermanos Musulmanes y a la campaña militar de Egipto en el norte del Sinaí contra la filial del grupo yihadista Estado Islámico.
Asimismo, recordó que el país ha sufrido los choques externos, como la pandemia del coronavirus o las guerras en Ucrania y en Gaza, factores que han intensificado la severa crisis económica que padece Egipto también en parte debido al endeudamiento crónico para financiar grandes proyectos de infraestructura.
De hecho, la NAC está siendo construida desde 2015 en una área desértica del tamaño de Singapur, y su coste inicial fue estimado en unos 50.000 millones de dólares.
Y es que en los diez años que Al Sisi lleva en el poder la deuda exterior se ha más que triplicado hasta llegar a superar los 160.000 millones de dólares, mientras que Egipto se ha convertido en el segundo mayor prestamista del Fondo Monetario Internacional (FMI), solo por detrás de Argentina.
Durante su discurso, el mandatario egipcio indicó que también centrará sus esfuerzos en las relaciones exteriores para mantener lazos "equilibrados con todas las partes en un nuevo mundo (...) en el que Egipto juega un papel indispensable para consolidar la estabilidad, la seguridad, la paz y el desarrollo".
En el plano económico, Al Sisi prometió fortalecer el sector privado "para liderar el desarrollo" del país, así como "dar prioridad a los programas de fabricación local para aumentar las exportaciones y los ingresos en divisas de Egipto".
Al mismo tiempo, prometió una "reforma institucional integral destinada a garantizar la disciplina financiera" para "la racionalización del gasto público", mientras que deseó que Egipto se convierta en "un centro regional" para el comercio, el transporte, las energías renovables o el hidrógeno verde.
"Prometo a Dios y os prometo que seguiré siendo leal en mi trabajo. Mis ojos sólo verán vuestros intereses y los intereses de este país", sentenció Al Sisi.