En una sesión solicitada por Rusia para condenar el ataque, que se saldó con la muerte de siete iraníes (miembros de la Guardia Revolucionaria) y seis sirios, el diplomático no condenó esa acción, y se limitó a señalar que sería un hecho "preocupante si se confirmara que se trataba de un edificio diplomático".
Y a continuación explicó sus palabras aludiendo a "informes de que había líderes y elementos terroristas presentes en ese lugar", algo que no lo sorprendió por "la constante (actividad de) coordinación, entrenamiento y armamento de terroristas".
Wood repitó que su país "no estuvo involucrado" en ese ataque "ni tuvo conocimiento de antemano" de que iba a suceder, y en este momento no posee información sobre lo sucedido y está "recopilando datos".
Pero sí dijo saber que Irán es responsable de que "los grupos terroristas y armados, apoyados por Siria o Irán, usan el territorio sirio para urdir y lanzar ataques contra Israel y contra bienes y personal estadounidenses".
Tampoco los representantes de Francia ni del Reino Unido quisieron condenar el ataque contra el consulado iraní, y sus diplomáticos utilizaron sus discursos para arremeter contra Irán y su papel como desestabilizador en una región altamente inflamable.
Por el contrario, Rusia y China condenaron el ataque como una violación flagrante de la carta de Naciones Unidas y de la Convención de Viena, y el embajador ruso, Vasili Nebenzia, advirtió contra las consecuencias de permitir estas acciones "inaceptables".
"Después de todo, si no reafirmamos una postura de solidaridad (con el país atacado), la próxima vez la misión diplomática de cualquier estado puede ser alcanzada por un bombardeo", advirtió.