"Expresamos nuestra profunda preocupación por el hecho de que se causen daños a los civiles, incluidos los trabajadores humanitarios, que trabajan incansablemente para entregar suministros humanitarios esenciales al pueblo de Gaza", dijo la Cancillería japonesa en un comunicado.
El país asiático envió su pésame a las familias de las víctimas y afligidos y reclamó una investigación formal a Israel "para evitar que se repitan estos hechos".
"Seguimos instando a todas las partes a actuar, de conformidad con el derecho internacional y el derecho internacional humanitario, para evitar más víctimas civiles", concluyó Tokio.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, fue el primero, en reconocer la responsabilidad de Israel en el ataque "no intencionado", y horas después en su cuenta de X afirmó que "Israel lamenta profundamente este trágico incidente"; mientras que el presidente Isaac Herzog llamó personalmente al director y fundador de WCK, el chef José Andrés, para disculparse por lo ocurrido.
Los siete trabajadores humanitarios son el palestino Saifeddin Issam Ayad Abutaha, la australiana Lalzawmi Frankcom, el polaco Damian Soból, el canadiense-estadounidense Jacob Flickinger y los británicos John Chapman, James Henderson y James Kirby ,"que lo arriesgaron todo por la actividad más fundamentalmente humana: compartir nuestra comida con los demás", subrayó Andrés.
Casi 200 empleados humanitarios han muerto en la Franja de Gaza desde que comenzó la guerra, lo que demuestra que el ataque a WCK "no es un incidente aislado", denunció el coordinador humanitario de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, Jamie McGoldrick.