En un discurso frente a uno de los edificios colapsados en Hualien, Lai señaló que la tarea más importante ahora es rescatar a las personas atrapadas o desaparecidas -127, según las últimas cifras oficiales- y garantizar que los heridos reciban una atención médica adecuada, según un comunicado difundido por la Oficina Presidencial de la isla.
El mandatario electo subrayó que el Ejecutivo central “ayudará plenamente” a los gobiernos locales en las labores de reconstrucción y socorro, al tiempo que proporcionará subsidios y “medidas de apoyo completas” a las víctimas.
“En el pasado se han producido terremotos en Tainan, Hualien y en el centro (de Taiwán). El Gobierno central tiene un conjunto completo de medidas para cooperar con los gobiernos locales y ayudarlos a salir de las dificultades de los terremotos lo antes posible”, aseveró Lai, agregando que el Ejecutivo ya transfirió 300 millones de dólares taiwaneses (9,36 millones de dólares, 8,69 millones de euros) al condado de Hualien.
Al menos nueve personas murieron, 821 resultaron heridas y 28 edificios se derrumbaron total o parcialmente tras el terremoto, que ya ha dejado más de 150 réplicas de diferentes magnitudes.
El seísmo, cuya magnitud fue de 7,2 según la Agencia Meteorológica Central (CWA) de Taiwán y de 7,4 de acuerdo al Servicio Geológico de Estados Unidos, ocurrió a las 7.58 del miércoles (23.58 GMT del martes) en el mar, concretamente 25 kilómetros al sureste del condado de Hualien.
Este terremoto es el más intenso que ha sufrido Taiwán desde el 21 de septiembre de 1999, cuando un temblor de magnitud 7,6 acabó con la vida de 2.416 personas.
Taiwán se asienta en la confluencia de las placas filipina y eurasiática, por lo que los terremotos son frecuentes en la isla.