"Como he dicho antes, cualquier ataque a aeronaves, buques o Fuerzas Armadas filipinas en el mar de China Meridional invocaría nuestro tratado de defensa mutua", dijo en declaraciones a la prensa al inicio de su reunión en la Casa Blanca con los líderes de Japón, Fumio Kishida, y Filipinas, Ferdinand Marcos Jr.
Con esas palabras, Biden reiteró su compromiso con el tratado de defensa mutua entre EE.UU. y Filipinas, que data de 1951 y que requeriría que Estados Unidos respondiera a un ataque armado contra Filipinas en el mar de China Meridional.
"Los compromisos de defensa de Estados Unidos con Japón y Filipinas son inquebrantables. Son inquebrantables", subrayó.
La cumbre entre los tres líderes, la primera a tres bandas, está centrada en el mar de China Meridional, donde Manila mantiene disputas de soberanía con Pekín.
Las autoridades chinas mantienen una disputa de soberanía con Japón por las islas Senkaku (conocidas en China como Dioyú) y con Filipinas por varios atolones.
En ambos casos, los intereses están motivados por la presencia de ricos caladeros de pesca y potenciales yacimientos marinos de gas y petróleo.
Se espera que los líderes aborden el reciente acoso de buques de la Guardia Costera y milicias de China contra barcos filipinos, a los que han atacado con cañones de agua en el atolón Thomas, donde Filipinas tiene varado un navío, el Sierra Madre, desde 1999 para reclamar el enclave.
Tal y como dejó claro Biden al comienzo del encuentro, el objetivo de la cumbre es fortalecer las alianzas de EE.UU. en Asia Pacífico y, de esa forma, mostrar unidad frente a China.
"En pocas palabras, cuando nos mantenemos unidos somos capaces de forjar un futuro mejor para todos y eso es de lo que trata esta nueva cumbre trilateral", afirmó.
Según adelantaron altos funcionarios antes de la cita, los tres líderes prevén cerrar un acuerdo para que las Guardias Costeras de Estados Unidos, Japón y Filipinas realicen durante el próximo año una misión en el mar de China Meridional, en lo que sería el segundo ejercicio marítimo de ese tipo después del que realizaron el pasado junio.
La cumbre también tiene un fuerte componente económico con el anuncio de que varias empresas estadounidenses, como el gigante tecnológico Meta y la empresa de telecomunicaciones y satélites Astranis, invertirán en Filipinas, adelantaron esas mismas fuentes.