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"No nos andemos con rodeos, Bruselas tiene problemas, grandes problemas", dijo Orbán, citado por el portal Index.hu.
"Los dirigentes (de Bruselas) están en bancarrota (...), el grano ucraniano está destruyendo a los agricultores europeos, los inmigrantes cruzan las fronteras a raudales...", afirmó el jefe de Gobierno, sin hacer mención a los serios problemas económicos y escándalos de corrupción en su país.
En Europa, según el controvertido líder que es considerado el mejor aliado del Kremlin entre los Veintisiete, "los niños son reeducados y entregados a los activistas de género".
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"No war, no migration, no gender" (No guerra, no migración, no género) es su mensaje a Bruselas.
Las fricciones de Orbán con Bruselas son frecuentes y numerosas, sea por sus políticas que socavan los estándares de la democracia y el estado de Derecho, por sus leyes homófobas o por su falta de solidaridad para acoger refugiados.
Además, arremete con regularidad contra las sanciones impuestas por la Unión Europea (UE) a Rusia por su invasión de Ucrania y se opone al envío de armas a Kiev.
El líder indiscutible de Hungría -país que ocupará la presidencia semestral de la UE a partir del 1 de julio próximo, poco después de las elecciones al Parlamento Europeo previstas para principios de junio- afirmó que los actuales dirigentes comunitarios "tienen que irse".
Pero dado que, admitió, no lo harán por sí solos, instó a sus seguidores a luchar para lograr que se vayan.
"Tenemos que ocupar Bruselas. Tenemos que apartar a los burócratas de Bruselas y tenemos que tomar el asunto en nuestras manos", declaró.
El político arremetió contra el apoyo mayoritario de la Unión Europea (UE) a Ucrania para que se defienda de la agresión rusa, tildando de belicistas a los gobernantes que aprueban el envío de armas a Kiev.
"Estamos a un paso de que Occidente envíe tropas a Ucrania, es un vórtice bélico que podría arrastrar a Europa al abismo", consideró.