La frontera entre Mauritania y Mali, casi cerrada por incidentes violentos recurrentes

Fuentes locales informaron a EFE de que solo los ciudadanos malienses con permisos de residencia o autorizaciones escritas pueden cruzar hacia Mauritania, aunque esta medida no ha sido anunciada de manera oficial.

Preguntado por la prensa sobre estas incursiones en territorio mauritano, el portavoz del Gobierno de Mauritania, Nani Ould Chrougha, las minimizó a mediados de este mes, sugiriendo que podrían ser errores durante persecuciones de sospechosos por parte de las tropas malienses.

"Lo que puedo asegurarles es que nadie, sea quien sea, puede entrar deliberadamente en nuestro territorio sin enfrentarse a nuestra enérgica respuesta", aseveró.

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Días después de estas declaraciones, el pasado sábado, Mauritania elevó su protesta y convocó al embajador maliense en Nuakchot, al tiempo que envió ese mismo día a su ministro de Defensa, Hanenna Ould Sidi, a Bamako para reunirse con el presidente de la junta militar que gobierna el país, Assimi Goïta.

A pesar de una declaración conciliatoria de Sidi, la tensión en la frontera persiste, lo que genera preocupación entre observadores y políticos como Mohamed Ould Maouloud, presidente del partido Unión de las Fuerzas de Progreso (UFP, opositor), quien advirtió este jueves sobre el riesgo de escalada y recordó la grave crisis de 1989 con Senegal.

Ese año, una disputa entre Mauritania y Senegal sobre su frontera llevó a un conflicto entre los países vecinos, la ruptura de relaciones diplomáticas y la deportación forzosa de miles de ciudadanos de ambos países a ambos lados de la frontera natural, que es el río Senegal.

En una rueda de prensa en Nuakchot, el líder opositor instó a los gobiernos de Mauritania y Mali a realizar todos los esfuerzos necesarios para evitar el deterioro de la situación.