Algo más de cuatro millones de votantes -de una población de cerca de nueve millones- están llamados a las urnas para elegir 113 diputados de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral), así como a los concejales regionales.
En las últimas elecciones legislativas de 2018, la gubernamental Unión por la República (UNIR) ganó 59 de los 91 escaños que tenía entonces en Parlamento, pero la Asamblea Nacional aprobó el pasado 31 de enero una ley que aumentaba el número de asientos a 113.
Según datos oficiales, cerca de 2.500 candidatos compiten por un escaño en la Asamblea Nacional.
Tanto la UNIR como la oposición cerraron la campaña para los comicios este sábado, cuando este pequeño país de África occidental conmemoró los 64 años de su independencia de Francia.
La oposición boicoteó las elecciones 2018, pero en esta ocasión se ha movilizado para participar.
El presidente de la Alianza Nacional por el Cambio (ANC, uno de los principales partidos opositores), Jean Pierre Fabre, pidió esta semana a sus simpatizantes que salgan "masivamente" este lunes para ejercer su derecho democrático.
Los comicios tendrán lugar después de que la Asamblea Nacional adoptara el pasado día 19 una nueva y polémica Constitución que implica la transición del sistema presidencialista a uno parlamentario.
En una segunda votación, un total de 87 diputados apoyaron la Carta Magna, mientras que no se registró ningún voto en contra, nulo o abstención en la Asamblea Nacional.
En una primera votación celebrada el pasado 25 de marzo, el Parlamento aprobó la reforma constitucional, con 89 votos a favor, uno en contra y una abstención.
Sin embargo, el presidente togolés, Faure Gnassingbé, ordenó que el texto volviera a votarse con algunas enmiendas, tras el alud de críticas de la oposición y organizaciones de la sociedad civil.
La nueva Constitución permite la transición de un sistema presidencialista a uno parlamentario.
Con este cambio, a la espera de ser promulgado por el presidente, Faure Gnassingbé, el presidente será elegido por el Parlamento por un período de cuatro años (frente a los cinco años actuales), renovable una vez, y su función será honorífica.
La modificación introduce un nuevo cargo, el Presidente del Consejo de Ministros, una especie de primer ministro que tendrá "plena autoridad y poder para gestionar los asuntos del Gobierno", y también será elegido por el Parlamento para un mandato de seis años.
El actual jefe del Estado, de 56 años, gobierna desde el 4 de mayo de 2005 tras la muerte de su padre, Gnassingbe Eyadema, el 5 de febrero del mismo año.
La oposición teme que Gnassingbé sea designado por sus partidarios para el nuevo cargo, lo que le permitirá permanecer en el poder, pues, como presidente, sólo habría podido postularse para un mandato más de cinco años en las elecciones de 2025.
"Esta nueva Constitución es una maniobra política destinada a permitir que el presidente actual permanezca en el poder de por vida. Es un golpe de Estado", dijo el pasado día 20 Jean Kissi, uno de los líderes de la plataforma "No toques mi Constitución", que reúne a partidos opositores.
La Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao) ha desplegado una misión de cuarenta observadores electorales para supervisar los comicios.