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La respuesta de la embajada, por medio de un comunicado, llegó después de conocerse la carta enviada por Bustinduy a empresas españolas establecidas en Israel para pedirles que adopten las medidas necesarias para evitar que sus actividades contribuyan al "genocidio en Palestina".
"La demonización y deslegitimación de Israel, recurriendo a acusaciones carentes de fundamento, da alas a Hamás y a quienes persiguen la desaparición del Estado de Israel, son una clara incitación al odio y alientan el antisemistimo", agrega la nota.
En el texto, la legación israelí no se refiere directamente a Bustinduy, pero sí a "algunos ministros, intelectuales y medios de comunicación".
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Según Israel, es "incomprensible" el silencio en España de la mayoría de los intelectuales y organizaciones de derechos humanos ante el drama de los 132 secuestrados que siguen en poder de los terroristas de Hamás.
Israel emprendió una ofensiva militar en la Franja a raíz del ataque del brazo armado del movimiento islamista palestino Hamás del pasado 7 de octubre, cuando asesinó a 1.200 personas y secuestró a 250.
Las operaciones israelíes han causado hasta el momento cerca de 35.000 muertos y más de 78.000 heridos, según el Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás.
En un comunicado, el departamento que dirige Bustinduy informó hoy de que emplaza a las compañías españolas a reportar al ministerio las evaluaciones y estudios que hayan realizado para frenar los riesgos de abusos que pudieran entrañar sus actividades y relaciones empresariales para los derechos humanos en los "territorios palestinos ocupados, incluyendo la Franja de Gaza".
La iniciativa, no obstante, era desconocida por los ministerios de Asuntos Exteriores y Economía, según aseguraron estos.
Bustinduy pertenece a la fuerza política de izquierdas Sumar, que dirige varios ministerios en el gobierno español de coalición, mientras que otros, como Asuntos Exteriores y Economía, forman parte del área socialista.