La minera Poderosa denuncia el derribo de una torre de alta tensión en el norte de Perú

La empresa señaló que el atentado se produjo la madrugada de este miércoles en la localidad de Santa Rosa de Zancobamba, en el distrito de Chugay, provincia de Sánchez Carrión, contra la torre 55 que conecta el Sistema Eléctrico Nacional con la mina Poderosa.

"Todas las operaciones de la unidad minera (Marañón y Santa María) han quedado sin energía", señaló la compañía dedicada a la extracción de oro en un comunicado difundido por Canal N.

Agregó que, en los últimos meses, Poderosa ha sufrido "incursiones criminales que recuerdan la insania terrorista de décadas pasadas" y que ya se han cobrado la vida de 17 trabajadores.

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Además, denunció que "el accionar delictivo de la minería ilegal" ha destruido 15 torres de alta tensión, una subestación eléctrica, una línea de transmisión y una tubería de fuerza de la central hidroeléctrica.

La minera subrayó que "es preocupante" que esta situación ocurra a pesar de que la provincia de Pataz, colindante a Sánchez Carrión y donde también tiene sus operaciones, esté bajo el estado de emergencia, con un contingente de 300 efectivos de la Policía Nacional y del Ejército en la zona.

Poderosa expresó que esa presencia policial y militar "no se ha concretado en un importante programa de interdicciones" a las operaciones de los mineros ilegales, que "siguen actuando con impunidad" amparados presuntamente en un proceso de formalización minera.

Tras los hechos, el Ministerio del Interior confirmó que la Policía Nacional del Perú (PNP) se encuentra en la zona para realizar las investigaciones correspondientes.

"Se ha dispuesto la inmediata ubicación y captura de los responsables del atentado", agregó el ministerio en un mensaje compartido en su cuenta de la red social X.

El último atentado sufrido contra Poderosa se produjo en enero pasado cuando desconocidos derribaron otra torre de alta tensión en el distrito y provincia de Pataz, y en diciembre del año pasado un grupo de hombres ingresó a las galerías subterráneas de la mina detonando explosivos, lo que provocó la muerte de 9 vigilantes del yacimiento.