El ministro de Energía y Minas en funciones, Roberto Luque, anunció en una rueda de prensa que los caudales de las principales centrales hidroeléctricas del país han mejorado tras registar niveles mínimos por la sequía semanas atrás.
"En medio de la actual crisis energética, hemos logrado un avance significativo: lo que antes se generaba en un día (para distribuir al país), hoy equivale a una semana de producción adicional cada mes", dijo Luque.
Según el ministro, "este progreso ha permitido evitar la programación de racionamientos en el país".
Sin embargo, alertó de eventuales problemas en la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, la de mayor potencia del país con 1.500 megavatios, que podría sufrir fallos técnicos por efecto de los sedimentos que arrastra el río que mueve sus turbinas.
Si esa central llegara a fallar, eventualmente se podrían programar cortes de energía que serán comunicados oportunamente a la población, añadió Luque.
No obstante, indicó que gracias a las lluvias caídas en las regiones donde se asientan las principales hidroeléctricas, la situación ha mejorado a tal punto que "en los últimos dos días no hemos importado energía desde Colombia".
Además, dijo que se llevarán adelante procesos de mantenimiento en plantas termoeléctricas (que usan carburantes), lo que podría provocar cortes de electricidad puntuales en ciertas localidades.
Asimismo, Luque señaló que en los próximos días viajará a países de Centroamérica y Norteamérica para "negociar directamente con proveedores de equipos" de generación, los mismos que serán revisados para garantizar la calidad y eficiencia.
El Gobierno ecuatoriano ya había suspendido los apagones desde comienzos de mayo, ante el incremento de las lluvias y de los caudales de los ríos en las provincias andinas de Cañar y Azuay, donde se asienta un complejo hidroeléctrico del río Pauta, integrado por las plantas de Mazar, Paute y Sopladora.
Los apagones programados comenzaron a mediados de abril, cuando el Gobierno anunció periodos de racionamiento de hasta 13 horas en algunos lugares, con un promedio de ocho horas a escala nacional en distintas ciudades y zonas según factores de consumo.
El Ministerio de Energía ha estimado que cada hora de racionamiento eléctrico en el país genera pérdidas económicas por unos 12 millones de dólares.