La Misión agrega que todavía quedan 436 millones de metros cuadrados contaminados.
Sólo en el pasado año 35 civiles resultaron muertos o heridos por artefactos explosivos, 26 de ellos menores, por lo que el Centro libio de Acción contra las Minas anunció que desarrollará una estrategia a nivel nacional junto al Centro Internacional de Desminado Humanitario de Ginebra y con apoyo de la Unsmil.
"Estas cifras no sólo resaltan los graves desafíos a los que nos enfrentamos sino también subrayan la importancia vital de las asociaciones internacionales", declaró la jefa de la Sección de Acción contra las Minas de la Unsmil, Fatma Zourrig, en un evento que reunió a responsable locales y miembros de la sociedad civil bajo el lema 'Proteger vidas y construir la paz'.
Asimismo explicó que su trabajo de asesoría busca apoyar a las instituciones libias para la retirada de estos artefactos y gestionar los arsenales de armas para prevenir la proliferación y las explosiones no planificadas.
A finales del pasado abril, once menores resultaron heridos, el mayor de los cuales tenía 12 años, al intentar manipular restos de explosivos de guerra abandonados en la localidad de Ubari (suroeste) cuando se encontraban jugando a fútbol.
La representación de Unicef en Libia expresó entonces su "profunda preocupación por otro trágico incidente causado por restos explosivos de guerra" y pidió mayores inversiones a Gobiernos y donantes para la concienciación y retirada de los restos de materiales bélicos.
Human Rights Watch (HRW) documentó el uso de minas terrestres por parte de las fuerzas del derrocado dictador libio Muamar Gadafi en 2011, así como por combatientes extranjeros y aliados al mariscal Jalifa Haftar- hombre fuerte del este- durante la guerra civil de 2019-2020, incluidos dispositivos explosivos improvisados (IED).