"No se pueden subir los impuestos y hemos dicho que era un grave error imponer un impuesto al azúcar", dijo este miércoles el vicepresidente del Ejecutivo y líder de Forza Italia (FI), Antonio Tajani, que se había opuesto a que la nueva tasa entrase en vigor en dos meses, como había pedido en una enmienda el ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti.
La nueva tasa iba a comenzar a aplicarse en julio con tipos reducidos del 50 % para ir aumentando paulatinamente hasta 2026, según la enmienda de Giorgetti, que los productores de refrescos pidieron que fuera "corregida" dadas las "repetidas garantías" del Gobierno en los últimos meses, como también destacaba el partido de Tajani.
"Es una bocanada de aire para el sector", aseguró la Assobibe, que representa a los productores de bebidas sin alcohol y que reiteró su "voluntad de trabajar con el gobierno para encontrar soluciones que puedan conducir a la abolición definitiva de una medida que es inútil y perjudicial para toda la industria y que no tiene ningún efecto positivo en la salud porque grava los productos sin calorías".
En este punto "nos hemos mantenido firmes", dijo Tajani sobre el acuerdo alcanzado anoche en la Comisión de Finanzas del Senado, donde sin embargo FI se abstuvo respecto al "Superbonus", el paquete de incentivos fiscales y créditos aprobado tras la pandemia para la mejora de las viviendas que el Gobierno suspendió al considerarlo un gasto público excesivo.