El ministro de Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, aseguró que la "frágil cooperación" entre Bosnia-Herzegovina y la Unión Europea "está siendo destruida por el intento de adoptar una resolución en la ONU sobre la tragedia de Srebrenica, que demonizaría a toda la nación serbia".
Bosnia-Herzegovina es país candidato a entrar en la UE.
El ministro, que se reunió con el presidente del ente serbio de Bosnia, el separatista Milorad Dodik, opinó que "esa frágil cooperación está siendo destruida por el intento de adoptar una resolución en la ONU sobre la tragedia de Srebrenica, que demonizaría a toda la nación serbia".
La resolución, propuesta por Alemania y Ruanda, propone que la Asamblea General de la ONU declare el 11 de julio como el "Día Internacional en memoria del genocidio cometido en Srebrenica en 1995", tal y como ha sido reconocido por la Justicia internacional, y condena el revisionismo y la glorificación de los criminales de guerra.
Rusia y China se oponen también a la resolución, apoyada por EEUU, muchos Estados de la Unión Europea, los países de la Organización islámica y todas las antiguas repúblicas yugoslavas, menos Serbia.
El Gobierno húngaro, liderado por el ultranacionalista Viktor Orbán, mantiene estrechas relaciones con Dodik, un político proruso que lleva años amenazando con separar al ente serbobosnio del resto de Bosnia-Herzegovina.
Dodik, que hoy se entrevistó con Orbán, criticó la resolución y afirmó que aunque lo ocurrido en Srebrenica "fue una tragedia terrible y un crimen" reclamó que no se condene colectivamente al pueblo serbio.
El dirigente secesionista ha llegado a advertir los últimos días que si se aprueba la resolución se podría paralizar la cooperación dentro de Bosnia-Herzegovina, formada por el entre serbio que él preside y por el común de musulmanes y croatas, y ha llegado a amenazar con proclamar la independencia y unirse a Serbia.