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La Sala de Emergencias de Al Fasher dijo este sábado en un comunicado que 30 personas murieron y otras 64 resultaron heridas, en su mayoría mujeres y niños, en la capital del estado de Darfur Norte tras un repunte de violencia en los barrios residenciales y campamentos de desplazados de la ciudad y sus alrededores.
Uno de los ataques tuvo como objetivo la mezquita de Jatam al Anbiya, donde un niño resultó gravemente herido durante la oración del viernes -el día sagrado de los musulmanes- y posteriormente murió en el Hospital Sur de Al Fasher, el principal de la localidad y uno de los pocos que sigue operando.
Fuentes de la Media Luna Roja sudanesa en Darfur Norte indicaron hoy a EFE que los choques continuaron el sábado con gran intensidad, y se produjeron principalmente en barrios residenciales, refugios e instalaciones civiles.
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Por su parte, Ahmed Husein, el portavoz de las Fuerzas Conjuntas -compuestas por el Ejército y grupos tribales aliados- dijo en un comunicado que en las últimas dos semanas lograron "aplastar" a los combatientes de las FAR que intentan hacerse con Al Fasher desde hace meses, aunque reconoció que el asedio no ha terminado.
Según el portavoz, los paramilitares están tratando de entrar en la ciudad, al tiempo que la están rodeando y usando "armas pesadas" contra la misma.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informó hoy de que los choques de los últimos días han tenido lugar en el campamento de desplazados de Abu Shouk, en el norte de Al Fasher, así como en el barrio de Al Salam y en zonas del sureste de la ciudad, provocando el desplazamiento de al menos 400 familias.
"Además, siete casas fueron quemadas y otras 15 fueron parcialmente dañadas por los enfrentamientos", añadió la agencia de Naciones Unidas, que indicó que más de 1.500 familias han abandonado sus hogares en Al Fasher hasta este sábado.
Tras dos semanas de incesante asedio de las FAR, al menos 85 personas han muerto y otras 700 han resultado heridas, según la ONU, que ha advertido en repetidas ocasiones que la situación humanitaria para más de 800.000 desplazados en Al Fasher se está deteriorando a pasos agigantados.