La encrucijada del partido de Mandela que puede costarle cara en los comicios de Sudáfrica

Moses Mudzwiti Johannesburgo, 25 may (EFE).- El Congreso Nacional Africano (ANC), el partido de Nelson Mandela que marcó el comienzo de la democracia en Sudáfrica en 1994, se encuentra en una encrucijada que puede costarle por primera vez la mayoría absoluta del Parlamento en las elecciones generales del próximo 29 de mayo.

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Bajo el liderazgo de Mandela, quien pasó 27 años en la cárcel por su oposición al régimen racista del "apartheid" antes de convertirse en el primer presidente negro del país (1994-1999), el CNA fue un movimiento muy popular.

Se dedicó a luchar para liberar a la mayoría negra de la opresión del gobierno de la minoría blanca para alcanzar la democracia, la igualdad y, en definitiva, una vida mejor para todos los sudafricanos.

Pero desde su llegada al poder hace treinta años, el CNA ha afrontado sonoros casos de corrupción y promesas incumplidas que han empañado su imagen, sobre todo ante aquellos sudafricanos que, por su juventud, no conocieron el "apartheid".

La corrupción se desató especialmente durante el Gobierno del expresidente Jacob Zuma (2009-2018), quien fue el centro de una gran investigación conocida como "Captura del Estado" sobre la corrupción que afectó al aparato público mientras él dirigía el país antes de dimitir, acosado por los escándalos, en 2018.

Su sucesor, Cyril Ramaphosa, prometió "confrontar" ese problema pero él mismo se vio implicado en un presunto caso de corrupción que casi fuerza su dimisión en 2022.

Pese a comprometerse a mejorar el nivel de vida de los sudafricanos, el CNA dirige una nación con una de las tasas de desigualdad y desempleo más elevadas del mundo.

El partido también ha sido muy criticado por los recurrentes cortes de suministro eléctrico desde hace años debido a que la compañía estatal Eskom ha sufrido corrupción y problemas de mantenimiento.

La constante incertidumbre eléctrica supone un importante lastre para la economía más desarrollada de África y una gran fuente de malestar social.

Zuma, la piedra en el zapato del CNA

Otra piedra en el zapato del CNA sigue siendo Zuma, quien a sus 82 años ha sido suspendido y ha impulsado una nueva formación, uMkhontho weSizwe (Partido MK), que toma el nombre del brazo armado del CNA que luchó contra el apartheid.

El Tribunal Constitucional de Sudáfrica dictaminó el pasado día 20 que el expresidente, condenado en 2021 a quince meses de cárcel por desacato, no puede presentarse a los comicios del 29 de mayo.

El pasado día 18, Zuma aseguró en un estadio abarrotado de seguidores en Johannesburgo que su nuevo partido ganará las elecciones y combatirá a quienes "traicionaron al país".

Con todo, nadie duda de que el CNA ganará los comicios. El gran interrogante es el tamaño de la victoria del partido gubernamental, que ocupa 230 escaños (57,5 %) de los 400 que conforman la Asamblea Nacional (Cámara Baja del Parlamento).

A finales del pasado mes, una encuesta de la empresa demoscópica Ipsos le otorgaba el 40,2 % de los votos, frente al primer partido de la oposición, la Alianza Democrática (AD, centro-derecha liberal), que obtenía el 21,9 %.

En otros sondeos más recientes, la intención de voto del CNA ha aumentado pero siempre por debajo del 50 %.

"Todavía existe una posibilidad, aunque creo que es pequeña, de que el CNA pueda alcanzar ese nivel del 50 %" porque ha articulado una "campaña electoral muy poderosa", afirmó recientemente en un diálogo sobre las elecciones la profesora de la Universidad de Witwatersrand (Johannesburgo) Susan Booysen.

Todo apunta a que el próximo Gobierno del país probablemente tenga que formarse a través de una coalición.

En ese escenario, está por ver si los Luchadores por la Libertad Económica (EFF, de extrema izquierda y tercer partido opositor), que lidera Julius Malema (exjefe de las juventudes del CNA), o el Partido MK de Zuma podrían tener la llave de la gobernabilidad.

"Un ANC por debajo del 50 % sólo es bueno si nuevos partidos pequeños se llevan una parte considerable de los votos de los EFF y la AD", señaló esta semana el analista político Goodenough Mashego.

"Si su pérdida beneficia a partidos más grandes como (...) la AD o los EFF, entonces es un dolor de cabeza porque junto con los partidos pequeños (los partidos de oposición) pueden formar un gobierno. Y eso significa que el ANC tendrá que hacer serias concesiones para gobernar", agregó Mashegi.

El CNA quita hierro a los augurios demoscópicos. "Nuestra gente, en el fondo, sabe lo bien que le va a ir al CNA", aseguró hace unas semanas el presidente Ramaphosa.

Perder la mayoría absoluta sería el mayor cambio político en Sudáfrica desde que el CNA ascendió al poder y un duro golpe para un partido que, según dijo Zuma una vez, gobernaría "hasta que vuelva Jesús".

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