"Esta última represalia contra un periodista independiente es una clara demostración de hasta dónde están dispuestas a llegar las autoridades rusas para silenciar la disidencia, especialmente a aquellos que se oponen a la guerra contra Ucrania", declaró la directora de AI para Rusia, Natalia Zviáguina.
Recalcó que el caso de Kurmasheva, como el del periodista estadounidense Evan Gershkovich, condenado el viernes pasado a 16 años de prisión tras ser declarado culpable de espionaje, forma parte de una campaña de las autoridades rusas para "aplastar la libertad de expresión y el periodismo independiente".
Denunció que la periodista, de 47 años, que fue declarada culpable de difundir información falsa sobre el Ejército ruso, fue enviada a prisión "únicamente por ayudar a críticos del Gobierno a expresarse y por trabajar en un libro sobre el movimiento contra la guerra en Ucrania".
"Pedimos su liberación inmediata e incondicional ya que ha sufrido una clara violación de sus derechos humanos por parte del Estado ruso", subrayó Zviáguina.
Kurmasheva, miembro de la redacción del servicio tártaro-bashkirio de RFE/RL basado en Praga, viajó a Kazán, la capital de Tatarstán, por una emergencia familiar el 20 de mayo del año pasado y fue detenida casi dos semanas después, el 2 de junio, cuando se disponía a abordar un vuelo de regreso.
Las autoridades rusas le confiscaron sus pasaportes ruso y estadounidense, le impusieron una multa por no informar de su segunda ciudadanía y la pusieron en libertad.
La periodista permaneció en Kazán a la espera de que le devolvieran el pasaporte para salir de Rusia, pero finalmente fue detenida y sometida a proceso penal, primero por no inscribirse como "agente extranjero" en el Ministerio de Justicia y luego por difundir a sabiendas información falsa sobre el Ejército ruso.