La multa, impuesta formalmente por el Tribunal Federal Australiano, es parte de un acuerdo firmado en mayo entre la aerolínea y la Comisión Australiana de Competencia y Consumo (ACCC), que requería el visto bueno del ente judicial.
"Se trata de una sanción importante, que envía una señal clara a todas las empresas, grandes o pequeñas, de que sufrirán graves consecuencias si engañan a sus clientes", dijo Gina Cass-Gottlieb, presidenta de la ACCC en un comunicado del ente regulador publicado hoy.
La ACCC, que demandó a la aerolínea el año pasado, también recordó que en mayo Qantas se comprometió a pagar unos 20 millones de dólares australianos (13,5 millones de dólares estadounidenses o 12,3 millones de euros) a más de 86.000 clientes, un monto adicional a los reembolsos por estas cancelaciones.
La sanción se debe a que Qantas anunció, entre el 21 de mayo de 2021 y el 7 de julio de 2022, la venta de billetes para más de 8.000 vuelos cancelados y tampoco notificó a sus pasajeros con la debida antelación sobre la cancelación de unos 10.000 vuelos programados entre mayo y julio de 2022.
Cass-Gottlieb añadió que la ACCC calcula que hasta unos 880.000 consumidores, que hicieron planes y confiaban en la salida del vuelo como estaba anunciada, se vieron afectados por el retraso de Qantas en notificarles la cancelación.
Esta conducta "pudo haberles hecho más estresante y costoso hacer preparativos alternativos", remarcó la alta funcionaria.